Cientos de soldados y blindados llegaron ayer a Alepo para impedir a los rebeldes armados hacerse con el control del aeropuerto internacional, el segundo en importancia después del de Damasco.

Estos refuerzos llegaron a Tal-Aran, en el sudeste de la provincia de Alepo para contener a los rebeldes, que conquistaron la semana pasada varias bases aéreas de la región.

«El Ejército no tiene intención alguna de abandonar sus posiciones estratégicas. Nos tememos una larga guerra de posiciones», señaló el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) en el exilio.

Los rebeldes intentaron sin éxito el lunes apoderarse de un depósito de carburante del aeropuerto pero tomaron un edificio en los aledaños de las instalaciones aéreas.

El mismo OSDH informó de que al menos 19 personas, entre ellas seis menores y tres mujeres, murieron por el impacto de un misil tierra-tierra en un barrio popular de Alepo.

La organización opositora islamista Shaw News Network identificó el proyectil como un Scud del régimen sirio y elevó la cifra a 60 muertos.

Alto el fuego

Los rebeldes y las fuerzas gubernamentales han alcanzado un alto el fugo en la localidad de Tal Kalaj, en la provincia de Homs y cerca de la frontera libanesa. El alto el fuego, alcanzado por mediación de un dirigente religioso local, estipula la retirada de los shabiha, milicia del régimen, y la entrega de las armas por parte de los rebeldes.

La frontera con Líbano es escenario de crecientes combates. Todo apunta a que grupos sectarios suníes vinculados con los rebeldes armados sirios están atacando poblaciones de mayoría chií que viven a un lado y al otro de la frontera. Es el caso de la localidad de Qusayr.

Chiíes libaneses en Siria

El rebelde Ejército Sirio Libre acusa a la organización chií de la resistencia libanesa, Hizbullah, de «inmiscuirse en los asuntos internos sirios». Tras la muerte de decenas de sus hombres en un enfrentamiento que se saldó con tres bajas en Hizbullah, los rebeldes han advertido de que los miembros de la resistencia libanesa capturados serán tratados como mercenarios, no como prisioneros de guerra.

Hizbullah niega que esté luchando y asegura que 30.000 chiíes procedentes de Siria han buscado refugio en Beirut. En esa línea, asegura que 23 aldeas pobladas por chiíes libaneses se han levantado en armas contra los rebeldes.