En una sentencia fechada el 14 de febrero y hecha pública ayer, el titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo nº 5 de Bilbo desestima la demanda interpuesta por la asociación vecinal Errekaldeberriz contra el Consistorio bilbaino por incumplir la normativa urbanística y desvío de poder al conceder a Construcciones Cabisa SA la licencia para el derribo del inmueble que acogía Kukutza III. Con esta resolución judicial en las manos, la AAVV anunció que no presentará recurso de apelación, añadiendo que dan por zanjado «este largo camino de dos años de lucha por la dignidad y la justicia».

Conscientes de que era difícil que sus argumentos fueran atentidos por el juez, Errekaldeberriz confiesa sentirse orgullosa de la lucha mantenida en favor del emblemático proyecto de autogestión, agradeciendo a los abogados, arquitectos y urbanistas «que nos han ayudado en esta lucha de David contra Goliat». «La historia recordará -subrayaron- que en Errekalde había una fábrica de sueños y que nos arrancaron el corazón sin contemplaciones».

El juzgado avala que no se presentase un proyecto de reparcelación como paso previo a la concesión del permiso de derribo. Asimismo, pone en cuestión que desde el movimiento vecinal se impulsase el recurso contra la resolución municipal, tildándolo de temerario. A esta reflexión, los promotores responden que «lo temerario es justificar siempre situaciones objetivamente injustas».

En las siete páginas de la resolución se defienden las intereses de la propiedad, a pesar de que no tuviera plan alguno de urbanización ni edificación. Además, se incide en que al Ayuntamiento no le quedaba otra salida que autorizar la demolición del inmueble.