La dirigente del poderoso sindicato de maestros de México, Elba Esther Gordillo, podría afrontar cargos por evasión fiscal, lavado de dinero e incluso delincuencia organizada por el número de implicados en las operaciones irregulares detectadas en el sistema financiero del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), reveló ayer el fiscal general, Jesús Murillo.

Gordillo, que desde 1989 dirige el poderoso SNTE desde donde reparte cargos públicos y coloca piezas en todos los partidos, fue detenida el martes, un día después de que el Gobierno de Enrique Peña Nieto promulgara una reforma educativa rechazada por el sindicato, y trasladada a prisión. Sus allegados indicaron que Gordillo fue detenida por intentar frenar la reforma y algunos interpretaron la operación como un ajuste de cuentas del nuevo PRI -partido que le encumbró y que ahora le ha derribado.

Fue expulsada en 2006 tras jugar un papel clave en la elección de Felipe Calderón, a la manera del viejo PRI. Otros ven un intento del presidente de buscar legitimidad o el envío de una señal contra la corrupción.

La Secretaría de Hacienda detectó en diciembre pasado un depósito bancario de una suma muy elevada que le llevó a encontrar una triangulación de operaciones financieras para desviar recursos sindicales con el fin de hacer pagos personales de Gordillo, que aglutinó un poder incalculable y durante años se encargó de blindar su cargo, y la posibilidad de que hubiera lavado de dinero despertó las alarmas.

Según los datos difundidos por la Procuraduría General, la impopular Gordillo desvió fondos de la SNTE por valor de unos 119 millones de euros entre 2008 y 2011. El dinero fue usado presuntamente para pagar tarjetas de crédito de Gordillo, cubrir sus gastos en tiendas de lujo, abonar sus facturas de cirugía estética y comprar propiedades inmobiliarias, entre otras operaciones.

Los opositores PAN y PRD celebraron el arresto e instaron al Gobierno a intensificar sus acciones para luchar contra la corrupción. Y el excandidato presidencial Andrés y líder del Movimiento Morena Manuel López Obrador acusó a Peña Nieto, cuya victoria electoral fue muy cuestionada, de utilizar este caso para ganar legitimidad.

Algunos analistas, por contra, consideran que la operación podría ser un mensaje político muy fuerte de que el plan reformista del Gobierno se va a llevar a cabo eliminando «obstáculos» como Gordillo o Carlos Romero Deschamps, líder del sindicato petrolero que en breve deberá hacer frente a la reforma de Pemex, aunque tampoco descartan que sea solo la forma de librarse de un adversario político.