Koldo CAMPOS Escritor
Doņa Yolanda Barcina
Quién en la universidad del Opus hizo carrera y haciendo exquisito uso de puntual habilidad se abrió camino y vereda, bulevares y avenidas? Doña Yolanda Barcina.
¿Quién a fuerza de empujones, desde las alcantarillas, fue trepando posiciones, solapada y encubierta, pisando reputaciones y rezando avemarías?
Doña Yolanda Barcina.
¿Quién tan taimada y ladina fue tejiendo sus amarres con Miguel Sanz de la mano, y en el Gobierno navarro presidir del Medio Ambiente la ambiental Consejería?
Doña Yolanda Barcina.
¿Quién exige sacrificios, renuncias, padecimientos, inmolaciones, suicidios, mientras triplica su sueldo, trajina el que no declara y se monta una piscina?
Doña Yolanda Barcina.
¿Quién tuvo la desventura, y a fe que hace falta ingenio, de haber sido tan nefasta, tan triste su desempeño, que hizo bueno al «Diez por ciento» de Pamplona en la Alcaldía?
Doña Yolanda Barcina.
¿Quién se marchó sin pagar las tartas que mereciera como puntual homenaje al quehacer de su cartera, y pena que fuera escasa tan dulce pastelería?
Doña Yolanda Barcina.
¿Quién devino en consultora, asesora de finanzas, accionista sin acciones de la Caja de Navarra, cobrando por no tocar ni siquiera la bocina?
Doña Yolanda Barcina.
¿Quién puso tanto la mano que ya su mano es un cuenco o, si prefieren, dos cazos, cuentas en blanco y en negro, amores a fuego lento y alguna casa escondida?
Doña Yolanda Barcina.
¿Quién para estar en el medio y no llamar la atención, primero se puso a dieta y después a comisión, extras, primas, extipendios, cesantías diferidas?
Doña Yolanda Barcina.