En rueda de prensa celebrada en Bilbo en el receso de una asamblea de delegados, Sordo recalcó que CCOO no va a utilizar la posible convocatoria de una huelga general como «herramienta de escape para no afrontar los verdaderos problemas de los trabajadores», como, dijo, «parece estar pensado alguna organización sindical vasca».

«Cuando alguien acaba haciendo de las herramientas objetivos -advirtió al respecto-, o está muy despistado o despistada, o alguna intención oculta tiene, a lo mejor de que nada llegue a buen puerto y que cuento peor, mejor. Pero CCOO no va a jugar a eso», recalcó.

Pérdida de la ultraactividad

Posteriormente, Sordo hizo referencia a la pérdida a partir del próximo mes de julio, en virtud de la reforma laboral, de la ultraactividad de los convenios cuyo periodo de vigencia pactado ha concluido y no han sido renovados.

Sordo afirmó que en este tema «se está jugando con fuego» y añadió que la situación tiene ya «tintes peligrosos» porque es posible que, si no se da «una salida a la negociación colectiva», la situación derive en «una auténtica anarquía laboral». También mostró su «perplejidad» ante la «nula voluntad de diálogo» del Gobierno de Gasteiz en materia socio-económica y laboral, cuyas actuaciones rechazó «tanto en el fondo como en la forma».

El dirigente de CCOO destacó que su sindicato es consciente de la gravedad de la situación económica, de la complejidad y «precariedad política en la que el Gobierno ha decidido emprender esta legislatura» y de la realidad sindical del país, pero insistió en que, precisamente por ello, «es necesario establecer cauces de diálogo entre el Gobierno y las organizaciones sindicales y patronales».

Por el contrario, según Sordo, el Ejecutivo de Urkullu ha decidido «actuar primero y luego apelar al diálogo». En este con texto situó la decisión de Lakua de incrementar unilateralmente la jornada de los trabajadores públicos, con lo que -recalcó- «ha descabalgado la Mesa General de la Función Pública desde el primer momento».