Nafarroa acata la ley estatal pero crea un mecanismo para abrir menos festivos
GARA | IRUÑEA
El Parlamento navarro dio ayer pase a la modificación de la Ley foral del Comercio que sobre el papel acata la normativa estatal para permitir la apertura comercial hasta diez festivos al año, aunque de facto permite que se reduzcan a cuatro, como pedían los sindicatos y pequeños comerciantes.
El dictamen vacía de contenido la proposición de Ley Foral presentada por Aralar y Nabai, que pretendía fijar la apertura de cuatro festivos.
Así se desprende de las enmiendas aprobadas a la proposición que conforman un dictamen que pasará a pleno, donde la clave está en el consenso entre UPN, PSN y PPN, por el que se habilitan diez días hábiles para la apertura de comercio en domingos y festivos, si bien solo podrá ser un día hábil al mes (a excepción de dos en diciembre) y un máximo de dos domingos al año, que no podrán ser consecutivos.
Otra enmienda establece una jornada comercial máxima de 15 horas, «sin perjuicio de los derechos reconocidos a los trabajadores en el régimen laboral», y un máximo de 90 horas en los días laborables de la semana.
La venta en rebajas será fijada a criterio del comerciante, aunque con un mínimo de una semana y un máximo de dos meses.
Según el nuevo texto acordado, el Gobierno establecerá antes del 1 de noviembre de cada año, previa audiencia del Consejo de Comercio de Nafarroa, el calendario de festivos hábiles para el año siguiente.
Izquierda-Ezkerra se abstuvo en lo concerniente al calendario de domingos y festivos, mientras que Aralar-Nabai y Bildu rechazaron las enmiendas consensuadas por UPN, PSN y PPN.
Pequeño comercio
La proposición de Ley Foral presentada por Nabai pretendía hacer valer las competencias de Nafarroa para, frente a la «libre apertura de festivos decretada recientemente por el Estado, mantener el acuerdo alcanzado en el marco de la mesa del comercio, en el sentido de no abrir más de cuatro festivos al año».
El proponente pone de relieve la «difícil situación» por la que atraviesa el pequeño comercio de Nafarroa, «afectado desde hace muchos años por el desarrollo de las grandes superficies y el alejamiento de la actividad comercial de los centros de urbanos».
En ese sentido, se constata que la liberalización de horarios supone una «dificultad añadida» para aquellos pequeños comercios que, por ser familiares o tener un reducido número de trabajadores, «no pueden competir» en esa materia con las grandes superficies.
Igualmente, se subrayan las consecuencia negativas en lo tocante a la «conciliación de la vida laboral y familiar».