El Ibex sufrió una nueva toma de beneficios, aunque al cierre consiguió salvar los 8.500 puntos. Con todo, podría decirse que hubo ayer pocos cambios, y que la salida en negativo de Wall Street sorprendía a los inversores después de cinco días consecutivos de máximos históricos. Dentro del Estado español se conocían referencias mixtas. En el lado positivo, la exitosa subasta del Tesoro, en la que se colocaron 5.832 millones de euros en letras a intereses muy por debajo de emisiones anteriores y con una alta demanda. En este contexto, la prima de riesgo se mantenía cercana a los 320 puntos, mientras que la rentabilidad del bono seguía en el 4,7%. El varapalo vino del déficit del mes de enero, que llegó hasta el 1,2% del PIB, cuando Bruselas pide un 4,5% para todo el ejercicio. Este primer desequilibrio supone, para una mayoría de analistas, la confirmación del incumplimiento y la necesidad de lograr, otra vez, una flexibilización del compromiso. El Ibex se dejó un 0,26%, hasta los 8.532,30 puntos. Solo Fráncfort (-0,23%) se unió a los números rojos, ya que en Londres (+0,11%) y París (+0,10%) se impusieron los avances. Dentro del Ibex, el mejor fue IAG (+4,58%), aupado por un posible acuerdo para acercar las posiciones de Iberia y los trabajadores. Por detrás terminaron Acciona (+2,74%) y Mediaset (+1,42%). De los pesos pesados, solo Inditex (+1,26%), que presenta hoy las cuentas, acabó en positivo. Caixabank (-3%) e Indra (-2,79%) encabezaron los recortes. En París, los títulos de ST Microelectronics (-4,35%) eran castigados por la salida de su director general a final de mes.