En Israel solo quedan halcones dispuestos a seguir vulnerando la legalidad internacional
En vísperas de la visita del presidente de EEUU, Barack Obama, a Israel, el nuevo ministro de Vivienda de ese país, Uri Ariel, prometía que su Gobierno continuará con su política de construcción de asentamientos en territorio palestino, haciendo oídos sordos a la advertencia de un equipo de investigadores de la ONU el pasado enero en el sentido de que esa política de Israel constituye un crimen de guerra. Ayer mismo ese organismo publicaba un informe en el que recuerda y enumera las numerosas infracciones de la legalidad internacional por parte del Estado israelí y el reiterado caso omiso a todas las resoluciones de Naciones Unidas que han declarado ilegales esos asentamientos. Claro que la impunidad de la que tradicionalmente ha gozado Israel es un buen motivo para ello. También resulta significativo el nombramiento como nuevo ministro de Defensa del ex jefe del Estado Mayor Moshe Yaalon, sobre quien pesan acusaciones de crímenes de guerra y además se había destacado por su extrema beligerancia contra los palestinos.
Parece pasado el tiempo de la división entre halcones y palomas en Israel. Si algún día estas existieron, hoy solo se ven halcones.