Tras unos prolegómenos de insinuaciones y una semana de amagos, el PSE anunció ayer su previsión de presentar una enmienda a la totalidad de los presupuestos. Su secretario general, Patxi López, destacó dos aspectos trascendentales. Por un lado, la posibilidad de haber presupuestado 800 millones más de ingresos, tal y como su Gobierno propuso en la reunión del Consejo Vasco de Finanzas de octubre. Por otro, hizo un repaso de los recortes en el gasto que le llevó a hablar de «los peores presupuestos posibles».

Bien es cierto que todavía no han comenzado las negociaciones del Gobierno con los partidos y que, como reconoció el propio Patxi López, una enmienda a la totalidad siempre se puede retirar antes de su votación. También es cierto que el anuncio de su presentación también forma parte de una estrategia de negociación. Sin embargo, da la impresión de que el PNV va a pasar por verdaderas dificultades para poder aprobar los presupuestos autonómicos de 2013.

La estrategia del Gobierno de Urkullu y del partido que lo sustenta está siendo, al menos por el momento, la de apelar a la «responsabilidad» de los grupos de la oposición para facilitar que el Ejecutivo pueda contar con unas cuentas renovadas. Y en ese llamamiento, da la impresión de que considera perdida la opción de contar con EH Bildu, puesto que la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, se refirió recientemente a una suerte de gran acuerdo entre PNV, PSE y PP, dando por hecho que la coalición independentista «necesita» escenificar su oposición a los jeltzales.

Pero frente a la apelación a la «responsabilidad», el PSE ha desarrollado su propia vacuna, que es la teorización de que su partido no va a cometer la irresponsabilidad de apoyar unos presupuestos que son perjudiciales para la ciudadanía.

Sin la participación de PSE o EH Bildu en un acuerdo, el apoyo del PP al Gobierno resulta insuficiente. En esa combinación, el Ejecutivo de Iñigo Urkullu tiene que contar con UPyD.

Su parlamentario, Gorka Maneiro, expuso ayer que visto un proyecto «plagado de recortes y ajustes», «que no impulsa la actividad económica y la generación de empleo» y que pretende «la construcción de la nación vasca en Europa», resulta «muy probable que UPyD presente la correspondiente enmienda de totalidad».

En todo caso, todavía quedan más de cinco semanas para las negociaciones, puesto que no será hasta el 26 de abril cuando se debatan en el pleno del Parlamento las enmiendas a la totalidad presentadas al proyecto de presupuesto. El reglamento establece que, finalizado el debate, lo que se vote será la devolución o no de las cuentas al Gobierno, por lo que el PNV tiene que impedir que haya 38 votos a favor de esa devolución, que sería la expresión práctica del rechazo parlamentario.

La dura crítica de López

Patxi López compareció ayer en rueda de prensa tras la puesta en marcha de un nuevo órgano de coordinación interinstitucional del PSE. Tras hablar de Chipre, la «política suicida» de la UE, los recortes de Mariano Rajoy y la necesidad de «corregir errores» del PSOE, se adentró en la crítica al Gobierno de Iñigo Urkullu. Primero por su «inactividad» durante los cien días iniciales de su mandato -que contrapuso a las cien medidas que en ese plazo puso en marcha el PSE en 2009- y luego por el proyecto de presupuestos.

El secretario general del PSE atacó de entrada el presupuesto de ingresos. Recordó que su consejero de Economía, Carlos Agirre, propuso en el CVF una previsión de 800 millones de euros más, provenientes de modificaciones legales con efectos en este ejercicio y de la lucha contra el frauce. Habló también de la negociación del Cupo. De hecho, el Gobierno de Urkullu reconoce que puede haber «aportaciones extra» a lo largo del año. Patxi Lopez sostuvo que eso debe estar recogido en el presupuesto para evitar hachazos. Anunció una enmienda en este terreno que siempre es «una enmienda a la totalidad».

En cuanto a los gastos, el PSE se centra en que es posible ser austero de otra forma, evitando los grandes recortes que se recogen en el proyecto en el ámbito social y promoviendo intervenciones que sirvan para generar empleo y una activación de la economía.