inestabilidad en nafarroa
Los críticos a Barcina admiten que UPN ha quedado «partido»
La reelegida presidenta se limita a ofrecer a Catalán y García Adanero que entren a la Ejecutiva monocolor con voz pero sin voto. El derrotado afirma que hubo «amenazas» a algunos afiliados
Aritz INTXUSTA | IRUÑEA
Yolanda Barcina es una política que solo conoce la victoria, pero la del domingo fue tan ajustada que puede volverse en su contra. Ayer estrenó la nueva Ejecutiva de UPN, limpia de todo rastro de la vieja guardia del partido. En solo diez años como militante y gracias a la victoria por 76 votos, Barcina se ha acomodado el partido a su gusto, como si fuera un guante. Pero sigue sola y aislada. Voces de peso en UPN, como Carlos García Adanero y Miguel Sanz, certificaban ayer que la formación está «partida en dos». En esta tesitura, el único bastón de apoyo que le queda a la presidenta navarra es el PSN. Y el PSN lo que quiere es que se marche.
Barcina abrió la jornada con una entrevista en la radio. Insiste en que no hay problemas en UPN, porque entre ella y el perdedor, Alberto Catalán, no existe «ninguna diferencia ideológica». Según Barcina, lo único que ha cambiado es «la estructura tradicional del partido». La presidenta intentó parecer conciliadora, pero cuando le preguntaron sobre las dietas de Caja Navarra arremetió contra Catalán y Roberto Jiménez, recordando que ella ha devuelto todo lo cobrado en la CAN y ellos, no. «He pedido perdón, he devuelto lo que cobramos allí, sabiendo que era legal, y otros han decidido no hacerlo», afirmó.
La lectura de los derrotados no es tan dulce y las acusaciones veladas se mantienen. El portavoz de UPN en el Parlamento y exsecretario general, Carlos García Adanero, contradijo a la presidenta y aseguró que la formación está «partida en dos, por lo que hay que recomponerla, coserla y seguir para adelante». Además, García Adanero le urgió a que busque un pacto con el PSN, porque es la única salida que les queda.
Miguel Sanz pintó también un panorama difícil. La victoria de Barcina ha barrido a todo el sector contestatario -que Sanz orquestó desde la sombra- y el expresidente ahora exige una compensación agarrándose a que el resultado del IX Congreso fue prácticamente de tablas. «Algunas heridas son muy profundas y hay que cambiar ciertas estrategias, porque indudablemente el 50% del partido así lo ha demandado», sostuvo Sanz. El corellano, antaño líder indiscutible del partido, habla de «excesos» y no se conforma solo con un «perdón», quiere que se «rectifiquen» las maneras de hacer las cosas.
Catalán, por ahora, al margen
La necesidad de «coser» el partido pasa por Catalán, pero el principal derrotado no parece dispuesto a pasar por el aro. Barcina le ofreció desde el primer momento un puesto en la Ejecutiva, pero es un asiento incómodo y sin derecho a voto. No obtuvo contestación. Catalán reconoció ayer que tenía «una llamada pendiente» con su presidenta. De todos modos, ya va tarde. Barcina llamó a los medios de comunicación a la sede para sacar la primera foto de la Ejecutiva, sin esperarle. Posteriormente, la misma oferta se extendió a García Adanero, que tampoco ha contestado.
El presidente del Parlamento habla de volver a remar juntos, pero aireó ayer que hubo «amenazas» para orientar el sentido del voto. Además, recordó que perdió por la mínima y advirtió a Barcina de que ahora tiene que «administrar» su victoria.
Lizarbe pide la dimisión
El PSN tampoco se lo pone fácil. «Barcina no tiene la confianza del PSN, no tiene la confianza del Parlamento de Navarra y tampoco tiene la confianza de la mitad de su partido», aseguró Juan José Lizarbe. En consecuencia, el PSN mantiene que Barcina debe dimitir como presidenta del Gobierno. El problema está en hasta dónde está dispuesto a llegar el PSN para forzar su marcha. Lizarbe promete «consecuencias» si no dimite, pero afirma que su partido mantendrá su línea de «oposición propositiva».
La terminología con la que Lizarbe define su postura ha variado un poco, ya que durante años sostuvo gobiernos de UPN ejerciendo lo que definía como «oposición leal» y ahora es «propositiva». Por otro lado, Lizarbe calificó a Barcina como «la inestabilidad en sí misma».
La líder de UPN es plenamente consciente de que necesita un acuerdo estable con el PSN para que su Gobierno no navegue en una crisis permanente. Sin embargo, la corriente más pactista con Jiménez y los suyos era la de Catalán y la victoria de Barcina le ha hecho sentirse fuerte y alejarse un poco de ese pacto. En su discurso de investidura mencionó al PSN pero dejó claro que serán acuerdos puntuales y no acuerdos «forzados» como el que le abocó al gobierno de coalición que fracasó al año. La presidenta siente el camino abierto a pactos estables con un partido más afín, el PP, aunque no alcancen la mayoría.
Óscar Arizcuren, alcalde de Noain y nuevo secretario general de UPN, se estrenó ayer en la primera línea política. Fue el encargado de plantar cara al órdago del PSN en el que pidió la dimisión de Barcina como la manera de reencauzar el diálogo. Arizcuren respondió a Juan José Lizarbe que «si el PSN quiere gobernar, tendrá que hacerlo con UPN y está claro que nuestra líder, hoy en día y por mucho tiempo es Yolanda Barcina». No obstante, la mano derecha de la presidenta aseguró a los medios que el acuerdo para afianzar el Gobierno no centró la primera reunión de la Ejecutiva. Al contrario, tuvo como tema principal cómo resolver la crisis interna que ha generado una victoria por la mínima pero que ha dejado al bando contrario prácticamente sin nada.
Arizcuren confirmó que la oferta a Catalán para que entre en la Ejecutiva se mantiene en pie y extendió la propuesta a Carlos García Adanero. Ahora bien, ninguno de los dos tendrá derecho a voto. Según afirma el secretario general de UPN, la contestación de los dos derrotados no ha llegado aún porque «tienen que hablarlo con su gente».
Reconducir la situación es prioritario para el sector de Barcina y no lo oculta. Según trasladó, la decisión de centrar sus esfuerzos en superar la crisis generada tras el congreso fue adoptada de forma unánime. «Estamos todos de acuerdo en trabajar por la unidad del partido y en eso vamos a empeñar los esfuerzos de todos y cada uno de los que pertenecemos al Comité Ejecutivo», señaló Arizcuren.
Según explicó, Barcina plantea hacer del partido una estructura «más participativa» y sus esfuerzos están destinados «a sumar» el mayor número de apoyos. A.I.
La comparecencia de Miguel Sanz sobre lo ocurrido en Caja Navarra tendrá límite de tiempo, a diferencia de lo que ocurrió con Enrique Goñi, el exdirector, que se extendió durante trece horas (y, aun así, el grueso de los partidos calificó la exposición como insatisfactoria, porque la mayoría de sus preguntas se quedaron sin contestar). Tras resistirse al principio con exabruptos en prensa como «a mí, que me olviden», el expresidente navarro se vio obligado a comparecer en el Parlamento navarro después de que saltara el escándalo de las dietas de Caja Navarra. Al final, fue él quien solicitó esta comparecencia, aunque la Cámara se lo hubiera pedido expresamente. Carlos García Adanero, portavoz de UPN, ha sido el encargado de tramitar la solicitud, que consistirá en una comparecencia corriente, por tanto con tiempo limitado para las intervenciones, tanto de los partidos como las de Sanz.
Las fuerzas de izquierda se quejaron ayer del formato. Maiorga Ramírez, de Bildu, sostiene que UPN mostró ayer que «no tiene ninguna voluntad de que la ciudadanía pueda saber con nitidez todos los porqués de la desaparición de Caja Navarra». Por su parte, Patxi Zabaleta (Aralar-NaBai) aseguró que la comparecencia es propia de inscribirse «en el Guinness, ya que va a explicar en 20 minutos una Presidencia de la Caja de Ahorros de Navarra que duró trece años». En este sentido, Zabaleta avanza que el sucedáneo de comisión de investigación sobre CAN se ha «degradado» tanto que tomarán «nuevas iniciativas» para corregirlo. A.I.
Catalán aseguró ayer que hubo presiones y «amenazas» a los votantes de UPN para orientar su voto hacia la candidatura de Yolanda Barcina. No precisó de qué tipo fueron esas amenazas ni quién las profirió.
Catalán y Adanero han recibido una invitación para incorporarse al Comité Ejecutivo. Sin embargo, no tendrán derecho a voto y, aunque lo tuvieran, la mayoría es tan abrumadora que no les serviría de gran cosa.
La presidenta fue entrevistada en la radio y mandó un mensaje a Catalán y Roberto Jiméne,z a quienes criticó por no haber devuelto las dietas de Caja Navarra. Barcina insiste en que los cobros fueron «legales».
Bildu concluye que Barcina fue «reprobada» por la mitad de su partido, tras salir elegida por solo un 51% a pesar de optar a la reelección y que apearla de la Presidencia de UPN supondría poner en peligro el Gobierno de Nafarroa.