La Justicia alemana examina a partir de mañana la denuncia de los familiares de los civiles muertos durante un bombardeo aéreo en Afganistán, ordenado por el mando alemán de la OTAN, que reclaman unos 3,3 millones de euros a Alemania.

El bombardeo, que causó decenas de muertos el 4 de setiembre de 2009, cerca de Kunduz, fue presentado por el Bundestag como «uno de los incidentes más graves que implica la Ejército alemán desde la Segunda Guerra Mundial» y los crímenes de la Wehrmacht. El caso se convirtió en un escándalo político y provocó la dimisión del ministro de Defensa y varios altos oficiales.

El Juzgado de Primera Instancia de Bonn estudiará en primer lugar dos denuncias de allegados de las víctimas del bombardeo. En total, 79 familias están involucradas en este procedimiento.

Alemania pedirá la desestimación de las denuncias.