La confiscación de una parte de los depósitos de los ahorradores en Chipre provocó una fuerte reacción negativa de inicio, aunque con el paso de las horas amainó el vendaval. En principio, ya se sabía de su inminente rescate y de la imposición de duras condiciones a Nicosia por parte de la troika, tal como había sucedido antes con Grecia, Irlanda, Portugal y el Estado español. Por tanto, su confirmación no parecía motivo suficiente para tumbar a las bolsas, dado que su economía representa el 0,2% del PIB de la eurozona. Aún así, las primeras horas marcaban una abrupta curva descendente por el miedo al contagio de otros estados periféricos y a la reacción de Moscú al haberse quedado atrapados capitales de ciudadanos rusos. El Ibex recuperaba antes del cierre parte del terreno perdido gracias a la serenidad de Wall Street y a un análisis más ajustado sobre la influencia real de una operación valorada en 10.000 millones de euros, muy lejos de los 37.000 millones de euros prestados por el MEDE al Estado español para su banca. El Ibex cedió un 1,29%, hasta los 8.507,80 puntos. Las caídas en Fráncfort (-0,40%), París (-0,48%) y Londres (-0,49%) fueron muy inferiores. Dentro del Ibex, los mejores fueron FCC y Mediaset al subir más de un 1%. Por contra, los bancos medianos se colocaron entre los más perjudicados de la sesión. Sabadell cayó un 4,51%, Popular, un 3,94%, y Bankinter, un 3,55%. Tampoco salieron bien parados BBVA (-2,58%) y Santander (-2,33%). En París, Société Générale (-3,34%), Crédit Agricole (-3,16%) y BNP Paribas (-2,28%) sufrían también por la crisis chipriota.