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Depeche Mode regresa con un disco relajado y de grandes espacios

«Delta machine» es el título del nuevo álbum de los británicos Depeche Mode. Se publica el 26 de marzo y con él giran este año, ronda de directos que les acercará al BBK Live el 11 de julio, cuatro años después de su anterior visita, cuando consiguieron un notable éxito.
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Pablo CABEZA | BILBO

La historia de Depeche Mode tiende a representar a una banda bailable, hedonista, con el desprecio formal que, en ocasiones, portan estas connotaciones. En realidad, la discografía de Depeche Mode se mueve más por el lado ambiental y atmosférico que el de una banda de movimiento. La llegada, 26 de marzo, de «Delta machine» así lo demuestra una vez más: ambientes azules, sombríos y mucho espacio para la ensoñación gracias al comedido uso de los arreglos, las distendidas melodías, el uso de los espacios sin abigarrar y el gusto por la canción lánguida aunque se preste al baile, como puede ser «Secret to the end», uno de los cortes más explosivos del disco, pero sin perder la subyacente calma. Por fortuna, Depeche Mode no caen en la tentación de vulgarizarse con canciones para los amantes del tecno común o los ritmos marcados.

Martin Gore: «Estoy muy contento con el resultado de este álbum. La música tiene una energía similar a la de «Violator» y «Songs of faith and devotion» y creo que las nuevas canciones están entre las mejores que hemos hecho». Es lo que siempre cuenta una banda respecto a su último disco. Con todo, tras una amplia carrera de tres décadas las comparaciones equitativas entre discos son imposibles, en especial si cada título está teñido por las experiencias emocionales del oyente. De lo que no cabe duda es de que Depeche Mode no ha compuesto un álbum con intenciones contemporizadoras. «My little universe», por ejemplo, promete sonar en directo con gran capacidad ambiental dada su estructura en espiral, su contaminante ritmo y los detalles de cada tramo, pero no es común.

Modernos sin pijería

«Escribir este álbum fue una tarea abrumadora y queríamos que estas canciones sonaran muy modernas, que la gente se sienta bien escuchándolas, que consiga una especie de paz», comenta Martin Gore. Y no le falta razón, ya que poco cuesta imaginar al oyente tumbado en la hierba de Kobetamendi dejando que blues como «Slow» sean una cama de agua o que «Heaven» (Cielo) una en nirvana a los miles de oyentes gracias a su belleza descriptiva y a la pegada de su suave y sencilla melodía.

Dave Gahan precisa: «Con `Delta machine' hemos cambiado completamente nuestra idea de cómo hacer un álbum. Cuando nos damos contra la pared y empieza a sonar muy normal, lo revolvemos y tratamos de darle ese sonido orgánico tan Depeche Mode».

Quizá el único problema de «Delta machine» se encuentre en el excesivo minutaje que el trío ha dedicado a la canción de medio tiempo, lo que le convierte más en un disco de escucha que de marcha festiva, aunque siempre rescatarán al oyente, si fuese necesario, con temas como «Soft touch», próxima a unos Garbage, o «Soothe my soul», muy de levantar los brazos al unísono.

NUEVOS PROPÓSITOS

Martin Gore apuntaba desde París el año pasado, durante el acto de presentación de la nueva gira mundial, que había dejado de beber y que había descubierto un mundo nuevo al pensar mejor y no tener resacas. «Delta machine» ni confirma ni desmiente su estado, pero las canciones, la textura y el acabado son impecables.

Ficha

Título: »Delta machine»,

Fecha salida: Martes 26 de marzo..

Formatos: Disco cedé sencillo de 13 canciones. Doble cedé con cuatro extras y cuadernillo con pastas de cartón. Más edición digital con todos los temas.

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