«El Gobierno vasco no puede dejar morir a San Eloy y Mecanizados Iketz»
El grupo San Eloy, compuesto por la Fundición San Eloy y Mecanizados Iketz, se encuentra en fase concursal. Sus trabajadores se aferran a la llegada de un inversor, porque «tenemos trabajo y buena calidad». Los delegados de LAB reclaman al Ejecutivo de Urkullu que «no hunda Durangaldea».
Juanjo BASTERRA | BILBO
El grupo San Eloy está en liquidación. Más de 210 empleos en Elorrio y Abadiño están en peligro. La pésima gestión empresarial y la falta de inversores deja sin futuro a sus trabajadores.. Dani Maeztu, parlamentario de EH Bildu, tras una comparecencia de la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad en el Parlamento de Gasteiz, acusó al Gobierno de Urkullu «de pasividad». Así lo entienden también los delegados de LAB, Maite Arginzoniz y Pablo Iglesias que exigen que «no se deje morir a estas empresas».
¿Cuál es el problema en el grupo San Eloy para que esté en juego su futuro?
MAITE ARGINZONIZ: Hasta el 2007 hemos ido sobre ruedas, pero la mala gestión de los responsables de la empresa, que también vendieron a bajo coste, nos ha dejado en una situación con un futuro muy incierto. Por eso, este sábado 23 de marzo realizaremos una manifestación a las 18.00 desde la plaza de Elorrio para exigir al Gobierno vasco que no nos deje morir.
PABLO IGLESIAS: Se ha trabajado mucho sobre créditos. Con la crisis bajó la producción, bajó la carga de trabajo y no se pudo pagar esa financiación. Los gastos de la deuda crecieron mucho. Todo ello precipitó la caída y el 19 de setiembre entramos en situación concursal, en liquidación. La sociedad limitada que controlaba el grupo, cuyo gerente es Juan Mari Apellaniz, se descompuso porque los socios se desentendieron de la empresa porque dijeron que no tenían intención de invertir.
¿Cuántos trabajadores están afectados?
P.I.: En Fundiciones San Eloy somos 148, y en Mecanizados Iketz, 71 trabajadores. Hubo mucha contratación por ETT.
M.A.: Nos quieren aplicar un expediente de extinción de toda la plantilla porque han caído los principales clientes, encabezados por Volkswagen del que somos el segundo suministrador homologado de la UE.
¿Cómo se llega entonces a esta situación?
P.I.: Hasta mediados de 2012 en varias líneas del mecanizado se trabajaba hasta en un cuarto relevo en Iketz, a pesar de la crisis. Y había una producción muy alta en la fundición San Eloy, con horas extras incluidas.
¿Tanto ha caído la empresa?
M.A.: Una vez que se ha producido la situación concursal, los clientes se han ido.
P.I.: La percepción de los clientes sobre la fiabilidad de la empresa varía y, luego, es un castillo de naipes. A los clientes se les subió el precio de las piezas en un período transitorio, para mantener el concurso, mientras apareciera un inversor. Los clientes han mantenido pedidos y han respondido bien. Desde el 31 de enero, para mantener la productividad de la empresa los trabajadores hemos bajado una media del 20% del salario y ha habido bajas incentivadas voluntarias.
¿No llegan los inversores?
P. I. Ha habido contactos, pero no han dado frutos.
M.A.: Uno de ellos ha estado metido en el Gobierno vasco, que tiene el 18% de la fundición. Estuvo en secreto comprobando y conociendo la empresa desde octubre a febrero, que se fue. Hemos estado a sus expensas, pero como algunos clientes no se mantuvieron, se fue.
¿Por dónde pasa la solución?
P.I.: Teniendo en cuenta la mala gestión financiera de la empresa, por un inversor de futuro. Porque la calidad y la productividad de la empresa son buenas. Son dos empresas con futuro, que las van a dejar morir.
¿Qué hace el Gobierno de Gasteiz, que es socio?
P. I.: El Gobierno vasco no puede dejar morir a Mecanizados Iketz y San Eloy, y que más de 210 trabajadores y toda una comarca se queden en la calle. Debe tomar cartas en el asunto.
M.A.: La realidad es que los clientes se marchan, pero dicen que, si hay un inversor, vuelven. Juan Esmorís, que es el inversor que anduvo mareando la perdiz, se fue de la noche a la mañana. Volkswagen dice que se va, pero si hay alguien serio, volvería. Hemos tocado puertas en Suecia, Alemania... Es una empresa importante que va a caer y que tiene trabajo.
¿Por qué se fue el inversor Juan Esmorís?
M.A.: Llegó en octubre, y hasta el 28 de diciembre no nos dijo su nombre, Juan Esmorís. Estuvo en la expansión de CIE Automotive. Contactó con los clientes, entre ellos Daimler Benz y otros. Les dijo que les iba a subir las piezas un 10% y en la parte social planteó recortes brutales. El 11 de enero se nos presentó y nos planteó quitar la antigüedad, empezar desde cero, sin Fogasa y con fuertes reducciones salariales y de categoría. De media era un 30% de bajada salarial. Le pedimos el mantenimiento de la plantilla actual de las empresas y, de hecho, nos redujimos los salarios.
P.I.: Paralizó pedidos a algunos para obligarles a entrar en sus condiciones, pero no aceptaron. No le salían las cuentas y se marchó. Ahora es el consejero delegado de Tubacex. Cuando se nos presentó nos dijo que representaba un plan de grupo de ocho empresas con sede en Euskadi. Estuvo avalado por el Gobierno vasco, pero se fue. Juan Esmorís lo primero que quiso fue garantizarse un millón de euros de sueldo. Esa era su única preocupación antes de irse.
«Haremos una manifestación este sábado a las 18.00 en Elorrio para reclamar el mantenimiento de estas dos empresas, que son el pilar fundamental de esta zona»