Campeonato de Parejas
«Más madera, es la guerra»
Bengoetxea VI-Beroiz se mostraron muy enfadados con el material, incluso por el presentado por Asegarce.
Jon ORMAZABAL
«Más madera, es la guerra». Aunque existen dudas más que razonables sobre si Groucho Marx pronunció esta frase en la mítica escena de «Los hermanos Marx en el oeste», en la que pide a sus hermanos que alimenten las calderas de la locomotora con piezas del tren que quieren hacer mover, la traducción empleada en su versión al castellano puede servir para ilustrar lo sucedido ayer con la elección de material de cara a un partido que ya venía bastante calentito.
Y es que, como si la transcendencia deportiva de un choque en el que la victoria es innegociable para que los campeones puedan seguir defendiendo su txapela -en el que podría ser el último partido del Parejas de Titín III-, el pique empresarial, el recuerdo de lo sucedido en el partido de la primera vuelta, con toda la polémica sobre las decisiones de los jueces del Adarraga y su paso por la nevera y las críticas del pasado sábado de la pareja riojana, calificando de «patatas» las pelotas con las que se enfrentaron a Berasaluze-Albisu en Bilbo, han ido sumando picante al partido del sábado en el Labrit iruindarra.
Pero ese toque surrealista que hizo geniales las películas de los cómicos neoyorquinos llegó ayer en Iruñea, cuando Bengoetxea VI-Beroiz, dos pelotaris que nunca dicen una palabra más alta que otra, se quejaron amargamente por el material, cuando se trata de un partido en el que ellos no tienen nada en juego.
«El material para nosotros ha sido el peor de todo el campeonato, la verdad es que hasta ahora no habíamos tenido ninguna queja, nos habían gustado todas las pelotas que nos habían puesto, pero hoy la verdad es que son muy botonas y muy malas y nos vamos bastante cabreados», señaló un Mikel Beroiz visiblemente enfadado.
Pero quizá lo más curioso de todo es que ni siquiera las pelotas presentadas por Asegarce satisficieron a los navarros, cuando la promotora se juega el poder meter a una tercera pareja en semifinales. «Creo que sus pelotas son demasiado botonas para este frontón, no me han gustado nada, pero las nuestras nos han gustado todavía menos. Las pelotas son muy botonas, no tienen nada de toque, nada de gracia y son pelotas pésimas. No sé por qué ha sido. Durante todo el campeonato han sido buenas y ante un partido tan importante no nos han gustado nada», señaló Bengoetxea. «La empresa nuestra no habrá pensado en ellos, eso está claro, pero no ha acertado con la elección», apuntó el de Leitza.
Con cautela, intentando medir muy mucho sus palabras para no meterse en más charcos, el delantero de Asegarce dio a entender que las duras palabras de los vigentes campeones tras el partido del pasado sábado pudieron haber tenido su influencia en lo que se encontraron ayer en el cestaño.
Rebajar tensiones
Por contra, fueron Titín III-Merino II, los que más tienen en juego y los que, en principio, más nerviosos deberían estar, los que trataron de rebajar la tensión en las horas previas a la disputa del partido.
Así, ambos evitaron hacer cualquier valoración en torno al material y a las quejas de sus rivales. «No voy a decir nada sobre el material, lo que han dicho ellos bien dicho está y nada más», se limitó a señalar el zaguero de Villar de Torre.
La elección por parte de Asegarce del Labrit como sede de este partido también había creado ciertas suspicacias en la prensa riojana, pero Titín también quito hierro a este asunto al señalar que «no me he puesto a pensar por qué jugamos en el Labrit y no en otro frontón. Son las empresas las que deciden. Estoy encantado de jugar en Pamplona. Es un frontón donde hemos jugado muchas veces».
Siguiendo en este tono relajado, bromeó con la posibilidad de colocar una tele o una radio en el set de descanso para tener noticias del Bizkaia de Bilbo.
«Sus pelotas son demasiado botonas para este frontón, no me han gustado nada pero las nuestras nos han gustado todavía menos. No tienen nada de toque ni de gracia y son pelotas pésimas».
«No me he puesto a pensar por qué jugamos en el Labrit y no en otro frontón. Son las empresas las que deciden y estoy encantado de jugar aquí, donde hemos jugado muchas veces».