GARA > Idatzia > Mundua

Los iraquíes viven el aniversario de la invasión entre el luto y la amargura

El décimo aniversario de la invasión de Irak pasó en el país con discreción, en una situación de grave crisis política, inestabilidad por el conflicto interconfesional y la desesperación de la falta de futuro tras una década de guerra, ocupación y atentados.

GARA | BAGDAD

Barack Obama elogió el sacrificio de los 4.500 soldados estadounidenses muertos en la guerra de Irak cuando se cumplen diez años de su comienzo, pero los iraquíes no tenían ganas de celebraciones, sumidos en una grave crisis y en la inestabilidad que la víspera había dejado 56 muertos en la enésima cadena de atentados, reivindicados ayer por Al Qaeda. Ayer, otras dos personas murieron por la explosión de un coche bomba en Bagdad. Obama eludió mencionar los más de 100.000 muertos civiles que provocó la invasión y opinar sobre la decisión de invadir el país.

En las calles de Bagdad, la desesperanza se sumaba a la amargura. «Estábamos contentos de deshacernos de Sadam. Lo que hicieron es muy positivo, pero lo que ha venido después es una tragedia», lamenta Raad Mohamed, un fotógrafo en el centro de Bagdad. «Actualmente vivimos tragedia sobre tragedia. No se ha hecho nada en estos diez años», añade.

Jóvenes como Yasmin, funcionaria del Ministerio de Juventud, han perdido toda esperanza en el futuro de su país y quiere abandonarlo. Su generación ha crecido entre los años de guerra y de conflictos confesionales. Recuerda los bombardeos con su familia, «aterrorizados. Un día parecía durar un año y mi vida podía parar en cualquier momento». Pero el peor momento llegó luego, «sin ley, nada, solo ocupación. La seguridad había desaparecido y la vida era casi inexistente».

Tras los enfrentamientos entre los invasores y los insurgentes llegó el conflicto confesional, pero la inseguridad hoy es solo uno de los problemas, con un paro del 35%, con falta de electricidad o agua potable y una corrupción galopante. En lugares como Tikrit esta situación ha alimentado la nostalgia por la época de Saddam Hussein. «Es normal que nos sintamos orgullosos. Dirigía el país sin problemas, en cualquier circunstancia», dice Oum Sara. En Bagdad los lazos con el régimen de Sadam pueden hundir la carrera de un político pero en Tikrit muchos lo reivindican. «Nos ayudó mucho. Es normal que nos sintamos unidos a él, como los franceses pueden estar orgullos de Charles de Gualle», opina Abu Husssein. El régimen puso en marcha un sistema de subvenciones que permitía a los pobres alimentarse pese al embargo internacional. Las actuales dificultades «nos hacen añorar a Sadam», estima una maestra de la ciudad.

tres muertos

Dos civiles perdieron la vida por el estallido de un coche bomba en Bagdad. En Mosul, un grupo armado mató a tiros a uno de los dirigentes de las manifestaciones de los suníes contra el Gobierno iraquí, cuando salía de una mezquita.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo