Ante la suspensión por parte del Gobierno de Navarra de las ayudas a trabajos forestales, necesarias para la inversión en una actividad estratégica para la socie- dad navarra pues actúa en un medio que representa el 60% de su territorio, hago las siguientes reflexiones sobre determinados aspectos que considero de máxima importancia para la supervivencia de un sector fundamental para la existencia de muchos pueblos de Navarra.

En primer lugar, el empleo: la medida deja a cerca de 400 trabajadores autónomos o de micro-Pymes sin recursos básicos con los que afrontar el futuro a corto plazo con un mínimo de garantías de supervivencia. Esto es muy grave dado que estos puestos de trabajo resultan muy fáciles de destruir y complicados de mantener, pero prácticamente imposibles de reconstruir.

La tendencia de los últimos años es clara y con esta medida es muy probable que desaparezcan decenas de puestos de trabajo estratégicos para la actividad forestal. Diversos estudios del propio Gobierno de Navarra demuestran que un puesto de trabajo del sector forestal requiere menos inversión y genera mayor retorno a las arcas públicas que en otros sectores. Lo que ahora nos cuesta un euro puede que dentro de tres años nos cueste cuatro y lo tengamos que hacer igualmente.

En segundo lugar, los costes ambientales. El Gobierno de Navarra cree ahorrarse en dos años unos cuantos cientos de miles de euros con la medida. ¿Cuánto cuesta la biodiversidad, el paisaje, las reservas de agua en los acuíferos? Con estas medidas se pone en riesgo la continuidad de las actuaciones que ayudan a mantener y mejorar los valores intangibles de nuestros montes. Luego igual ya es tarde para reconducir la situación en algunos valles.

Por último, recordar ahora en invierno lo que sucede en verano y tanto llama la atención por su extrema gravedad: los incendios forestales. No valora el Gobierno de Navarra la importancia del hecho que supone tener a gente trabajando en el monte, que ante cualquier conato está dispuesta a ayudar a su pronta extinción. Todo gran incendio es un conato no apagado. Con esta medida se promueve el desapego de la población rural a sus montes, lo que unido al incremento de combustible forestal fino por falta de labores culturales, dispara el riesgo de incendio forestal. Por favor que no tengamos que lamentarlo los siguientes veranos..