Gran Bretaña: «carrera armamentística» con la inmigración por bandera y el UKIP como amenaza
David Cameron, y en general los partidos del «establishment» están donde el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP, de sus siglas en inglés) quería que estuviesen: en la competición por mostrarse los más duros e intransigentes frente a la inmigración. De hecho, el partido euroescéptico y populista está recogiendo los frutos de su renovada fortaleza al haber acotado el terreno de la discusión pública. Todos hablan ya de poner frenos «al turismo que busca beneficios sociales» (cobertura médica, alojamiento, acceso a la ciudadanía...) y de apostar por una política que disuada a todo inmigrante de ir a Gran Bretaña a no ser que sean «los más brillantes y los mejores». Preocupados por asegurarse de que sus votantes no vayan al UKIP, los tres grandes partidos británicos se han involucrado en una especie de carrera de armamento con el tema de la inmigración por bandera.
Agitar los bajos instintos y la animadversión frente a los inmigrantes, exagerar su «impacto negativo» y propagar el miedo forma parte de la estrategia electoral. Pero es una apuesta que lejos de asegurar una conversación abierta y adulta sobre el tema, no añade sino más confusión.