El argelino Djamel Okacha ha reemplazado al también argelino Abdelhamid Abu Zeid como líder de Al Qaeda en el Magreb Islámico (Aqmi) para la región del Sáhara, según la cadena argelina Ennahar TV.

Una fuente de seguridad reveló a la agencia Reuters que la prioridad de Okacha será reorganizar Aqmi tras la pérdida de dos importantes líderes: Abu Zeid y Mojtar Belmojtar. Okacha, de 34 años y conocido también como Yahia Abu El Hamam, «es la mano derecha» del líder de Aqmi, Abdelmalek Droukdel. «Combatieron juntos durante 12 años, antes de que se uniera al sur», señaló la fuente. Okacha se unió a Aqmi en 2004 y «estuvo presente en el ataque contra los cuarteles de Mauritania, en 2005, y en la ejecución del estadounidense (Christopher Leggett), en 2009», apuntó.

El Gobierno francés confirmó el pasado sábado «con certeza» que Abu Zeid fue abatido a finales del pasado febrero por su Ejército en la región de las montañas de Ifoghas, en Azawad, y lo consideró un «hito en la lucha contra el terrorismo en el Sahel» Abu Zeid estaba considerado uno de los tres principales comandantes de Aqmi, junto con Belmojtar y Abu Musab Abdel Wadoud. Fue dirigente del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate, ahora Aqmi, y está acusado del secuestro de más de 20 ciudadanos occidentales desde 2008, así como de la muerte del rehén británico Edwin Dyer en 2009 y del francés Michel Germaneau en 2010.

París no confirma la ejecución

Por otra parte, el ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, dijo ayer no tener confirmación de que el francés Philippe Verdon, secuestrado en Mali en noviembre de 2011, haya sido ejecutado, como había afirmado Aqmi. «Tenemos mucha inquietud pero no tenemos confirmación», declaró Fabius.

Aqmi reiteró ayer que hadado muerte a Verdon, al que calificó de «agente secreto de Francia», en represalia por la intervención militar francesa en el norte de Mali. En total hay quince ciudadanos franceses secuestrados en África, de los que siete se supone están en la zona del Sahel.

Esta organización advirtió de que aunque el resto de rehenes en su poder están vivos «en el momento de redactar este comunicado», no puede garantizar su «supervivencia eternamente a causa de la agresión llevada a cabo por vuestro Ejército contra las bases de los muyahidines», y responsabiliza al Gobierno francés de lo que les ocurra.