Las palabras del presidente del eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, a favor de confiscar parte de los depósitos bancarios en los estados que necesiten rescate dinamitaron las bolsas europeas por la tarde. Por la mañana, el ministro español De Guindos había afirmado que estaba fuera de lugar generalizar la solución de Chipre a otras economías de la eurozona. Este miedo borró la buena salida de las bolsas y la celebración del acuerdo alcanzado para evitar la bancarrota en la isla mediterránea. Por tanto, la declaración del presidente del eurogrupo rompió cualquier posibilidad de enderezar el rumbo perdido la semana anterior con la incertidumbre sobre el futuro de Chipre. A este terremoto vespertino se unían dos noticias negativas. En Alemania, según el «comité de sabios», el crecimiento de 2013 será raquítico, apenas un 0,3% frente al 0,8% estimado por el gobierno, mientras que en Italia no se avanza en el acuerdo de gobierno y ayer se rumoreaba sobre una rebaja de su ráting. Como consecuencia de este oscuro panorama, el Ibex se hundía un 2,27%, hasta los 8.140 puntos, y el Mibtel italiano, un 2,50%. Por su parte, París restaba un 1,12%, Fráncfort, un 0,51%, y Londres, un 0,22%. En el Ibex, los peores fueron Sacyr, Iberdrola, Gas Natural, FCC y Bankinter, con caídas superiores al 4%. No muy lejos terminaron Repsol, BBVA y Santander, que cedieron más de un 3%. Entre los ganadores, despuntó Acerinox (+2,07%). En París, Société Générale (-6,02%) y Crédit Agricole (-5,84%) registraron los mayores varapalos, frente a ST Microelectronics (+1,62%), el mejor de la jornada.