Arrope institucional y empresarial a la cuestionada planta de coque
Por encima de sentencias judiciales y de la oposición vecinal, Petronor volvió ayer a escenificar que cuenta con poderosos apoyos para materializar sus proyectos como lo viene haciendo desde que se fundara con el beneplácito del franquismo. Felipe de Borbón -agasajado por directivos de la petrolera, cargos institucionales con amplia presencia jelkide, empresarios y representantes políticos- inauguró una planta de coque que busca mayor rendimiento a toda costa.
Agustín GOIKOETXEA | MUSKIZ
Pocos faltaron a la cita ayer al mediodía en el castillo de Muñatones para arropar a Petronor en la puesta de largo de su último proyecto, la Unidad de Reducción de Fueloil (URF), con la que la compañía de la que son accionistas Repsol (85,98%) y Kutxabank (14,02%) pretende obtener mayor rendimiento del petróleo de baja calidad que adquiere en el mercado mundial.
Para mostrar los apoyos con los que cuenta la petrolera presidida por Josu Jon Imaz, a Muskiz se desplazó el príncipe Felipe de Borbón, al que acompañó una corte encabezada por el ministro español de Industria, José Manuel Soria; los presidentes de Repsol y Kutxabank, Antonio Bufrau y Mario Fernández; el delegado del Gobierno español en la CAV, Carlos Urquijo, así como numerosos representantes empresariales y cargos institucionales jelkides como la presidenta del Parlamento de Gasteiz, Bakartxo Tejeria; el portavoz del Ejecutivo de Lakua, Josu Erkoreka; las consejeras Arantza Tapia y Ana Oregi; el portavoz foral y diputado vizcaino de Presidencia, Unai Rementeria; o los alcaldes de Muskiz y Bilbo, Borja Liaño e Iñaki Azkuna.
La larga nómina se completaba con los representantes de partidos políticos: la presidenta del BBB del PNV, Itxaso Atutxa, con diputados y parlamentarios como Pedro Azpiazu e Iñigo Iturrate; o del presidente del PP en la CAV, Antonio Basagoiti, junto al parlamentario Antón Damborenea; y también varios miembros del PSE.
Precisamente gracias a esos tres partidos, Petronor ha logrado sortear la normativa que impedía construir una planta de este tipo, tal y como ha quedado de manifiesto en sendas sentencias judiciales que declararon nulas las licencias de obra y actividad otorgadas por los ayuntamientos de Abanto y Muskiz.
A pesar de que la última resolución se produjo hace un mes, la compañía ha seguido adelante con sus planes, contando con el apoyo de la Casa Real española (ayer mismo, en Madrid, la reina Sofía entregó el premio que lleva su nombre a Repsol por su labor «en la integración de personas con discapacidad»).
Ante tal respaldo institucional, el parlamentario de EH Bildu Dani Maeztu pidió a Ana Oregi, la consejera de Medio Ambiente y Política Territorial -también presente en el acto oficial- que acuda a la Cámara de Gasteiz «para aclarar las condiciones medioambientales» en las que Petronor «desarrolla su actividad» y si Lakua «está cumpliendo de verdad los requisitos exigidos por la legislación». Para la coalición, el de Petronor «no es el modelo industrial y energético que se debe seguir».
Sí es «una apuesta de futuro». para el príncipe Borbón y para los gobiernos autonómico y español, que se deshicieron en elogios a la inversión millonaria en la planta de coque, que busca obtener más gasolina, gases licuados y gasóleos del petróleo, además de obtener combustible para las cementeras.
Mientras UGT, por boca de su secretario general, Dámaso Casado, saludó la puesta en marcha de la URF, LAB denunció que la planta de coque ofrecerá «precariedad y contaminación en lugar de empleo» para Meatzaldea, al tiempo que será «un nuevo castigo en nombre de la riqueza y del progreso».
No pasó por alto que Petronor ha obtenido los permisos de modo «bastante sospechoso». Criticó «las sucias campañas de marketing» desplegadas por las administraciones y la petrolera, «en lugar de proteger la vida y la salud de toda la sociedad».
Desde Meatzaldea Bizirik insistieron en que la URF es un «claro ejemplo de imposición», como denunciaron el martes en una concentración. A.G.
Ayer, de nuevo, volvió a hablarse de la ausencia del lehendakari y del diputado general de Bizkaia. Fuentes de Lakua precisaron que Iñigo Urkullu tenía una cita con familiares que solo podía celebrarse en estas fechas.