Las negociaciones entre el comité de empresa y la dirección de Huyck Wangner (antigua Perot) siguen en punto muerto. Así lo confirmaron ayer los trabajadores de la planta de Zizurkil, que valoraron la propuesta de la firma de recolocar a 13 trabajadores en las instalaciones de Italia y Austria e indemnizaciones de 33 días por año trabajado durante un máximo de 18 meses como un «lavado de imagen» por parte de la empresa.

Ambas partes del conflicto se reunieron ayer en el hotel Costa Vasca de Donostia, aunque con algunos momentos de tensión y tras el rechazo de la dirección a seguir adelante, el encuentro terminó sin acuerdo y fue pospuesto hasta el próximo día 12. Esta vez la cita tendrá lugar en el Preco.

Según destacaron fuentes del comité de empresa, a pesar de la imagen que cara a la galería ofrece la propuesta de la dirección, en el fondo no supone ningún avance. Lo consideran un planteamiento «irreal» dirigido únicamente a 13 de los 75 trabajadores que conforman la plantilla y sostienen que el único objetivo de la empresa es clausurar la planta guipuzcoana.

En esta línea censuraron la «falta de voluntad» de la dirección y le acusaron de intentar «desgastar» a la plantilla para que «se desanimen y se les hunda la moral y al final estén dispuestos a firmar cualquier cosa». Por ello, recalcaron que sospechan que «este nuevo ERE es más estratégico que de fondo».

Acampada continua

Entretanto, los empleados siguen día a día con las protestas por el futuro de la planta de Zizurkil con una acampada que mantienen en las inmediaciones de la empresa, cerrada y bajo custodía de un guardía de seguridad. Entre pancartas en las que puede leerse «Perot ez itxi, ez etsi» o «75 familia kale gorrian», los trabajadores afirmaron ayer que seguirán adelante con su lucha.

No obstante, en su objetivo de garantizar el futuro de la planta guipuzcoana, emplazaron a las intituciones a que se impliquen en el conflicto.