Ni él ni su equipo han querido asumir la responsabilidad como en otras ediciones porque su preparación va encaminada al Giro, pero Samuel reconoce que la etapa de hoy es especial y quiere lograr su cuarta victoria en Arrate y la primera del equipo de la temporada para dedicársela a Víctor Cabedo, fallecido en setiembre.

¿Qué balance realiza del primer final en alto en La Lejana?

Los últimos kilómetros eran peligrosos y las rampas finales muy explosivas. Me he defendido en un terreno que no es el mejor para mí y he tratado de ceder el menor tiempo posible. Hay ciclistas más explosivos que yo y tienen que aprovechar su terreno. He estado en mi sitio y acabo satisfecho. La Vuelta sigue y estamos en el abanico que puede pelear por hacer cosas importantes.

Como en 2010 Euskaltel llega a la etapa de Arrate sin haber conseguido ninguna victoria...

También hace dos años estábamos igual y la primera victoria llegó conmigo en el Gran Premio Miguel Indurain y, a partir de ahí, se empezaron a ganar carreras. Tarde o temprano van a llegar las victorias y en el momento en que se consiga la primera habrá más tranquilidad. Es un poco la misma película de todos los años. Somos un equipo en el que todos vivimos en el Norte y, por muchos esfuerzos que hagas para entrenarte -después de Tirreno pasó ocho días en Almería con Verdugo, Egoi y Urtasun para buscar la única zona en la que no llovía- eso se nota. Otra gente vive en sitios más cálidos y eso les permite coger rápido el golpe de pedal. A nosotros nos cuesta más, pero hay que estar tranquilo, el equipo estas semanas ha tenido buenas actuaciones y hay que seguir en esa línea de trabajar.

¿Qué siente ante la etapa que ha ganado tres veces seguidas?

Para mí Arrate tiene un sentimiento especial desde hace muchos años. Un año me subí al podio de la Euskal Bizikleta gracias a a buena actuación en esa subida -en 2004, su segundo podio en una vuelta tras la Itzulia de 2003 después de la etapa ganada por su compañero Laiseka. Los dos subieron al podio final con el ganador Heras-. Para el ciclismo vasco e internacional es una cima mítica. La primera vez que gané ahí fue muy emotivo, tengo un idilio con el Santuario de Arrate y la motivación lo es todo en esa llegada.

Además de la motivación, ¿su técnica y valentía es clave en ese final con curvas y en bajada?

Pero no podemos olvidar que si no funcionan las piernas es imposible ganar en Arrate. Es una subida exigente, se pasa dos veces, y ahí no gana cualquiera.

¿Ganar por cuarta edición consecutiva sería especial?

Es la cima Samuel Sánchez y no estaría mal ganar, aunque engañar a la gente cuatro años seguidos es muy difícil. Me tienen muy calado, pero me gustaría ganar para dedicársela a mi compañero Víctor Cabedo. Sería muy emotivo ganar la primera carrera del equipo del año en Arrate y dedicársela a Víctor.

¿Pero todo el recorrido de esta vuelta parece ideal para usted?

Me gusta, son carreteras por las que he corrido o entrenado en aficionados y profesionales y es un recorrido bonito. Luego hace falta que el equipo responda, los ocho ciclistas, e ir para adelante. Sabemos que al querer llegar bien al Giro no iba a estar tan competitivo como el año pasado, y para mí la Itzulia es un punto y seguido en mi preparación para Italia como para Wiggins lo fue la Volta, una prueba para ver que los entrenamientos para el Giro dan resultados.

Pero sale con el dorsal número uno como ganador de 2012...

Pero no me atrevería a decir que soy rival para los que van a disputar la carrera. Hay ciclistas con otra preparación, que van a disputar el Tour y que se han preparado para alcanzar su mejor punto en abril, que están andando muy bien y tienen la carrera marcada como objetivo prioritario.

Ha dado más importancia a las dos etapas de Beasain que a las dos llegadas en alto.

Las dos llegadas en alto van a decidir quién va a estar en condición de optar a la carrera, pero la etapa de Beasain tiene un desnivel acumulado altísimo para tan pocos kilómetros. Además se espera una meteorología adversa y eso puede hacer pasar un mal día. Puede ser un calco de la etapa que decidió la Tirreno. Y la crono de Beasain no es para especialistas, es muy dura.

Ha manifestado que es la Vuelta más dura de los últimos años...

Tanto por el recorrido como por la climatología, que parece que va a ser adversa. Será una carrera muy dura que no se va a decidir hasta la crono, igual que pasó el año pasado. Además de las dos llegadas en alto, la etapa de Beasain es muy dura y también la crono es muy exigente y hay que tener por lo menos un buen estado físico para afrontarlo.

¿Y lo tiene?

He llegado muy bien, me he visto entrenando bien, pero no estoy tan competitivo como el año pasado que había corrido Andalucía, Murcia, la Volta, que ya estuve muy adelante -fue segundo y ganó una etapa-, Miguel Indurain... Este año solo he corrido Tirreno y, aunque acabé entre los veinte primeros, no estoy tan competitivo como otros ciclismos que disputan la carrera. Mi camino conduce hacia el Giro, para este momento del año voy muy bien y lo que quiero es que en País Vasco la evolución siga poco a poco hacia adelante.

Pero pese a pensar en el Giro está con los mejores...

Quizás porque tenga un idilio personal con la carrera. Es mi carrera talismán, donde mayores éxitos he conseguido. Es una prueba World Tour de muchísimo nivel ante una de las mejores aficiones del mundo, corremos en casa y eso significa mucho y provoca que me motive más que otras veces y quizás sin estar tan bien obtengo un golpe de pedal bueno solo con la motivación que me hace sacar un poco más de mí mismo.

Por lógica es normal que recaiga en mí la responsabilidad, pero cualquiera de los ciclistas de Euskaltel están bien y no solo soy yo. Tenemos el objetivo de ganar una etapa y meter gente en la general porque los puntos World Tour están ahí y hay que seguir sumando para posicionarnos en lo alto de la tabla.