FireMe!, la herramienta o chivato virtual que rastrea nuestros desencantos laborales
Ni siquiera ya es posible mostrar nuestros enfados en Internet sin sentir la presencia de un gran ojo vigilante. Un equipo de científicos alemanes ha elaborado una herramienta a modo de chivato virtual.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
Cada día resulta más difícil discernir lo real y lo irreal, y esa frontera se diluye rápidamente en cuanto cruzamos el espejo virtual de Internet. Por ello, la Red se está transformando en una prolongación artificial -o no- de nuestra propia rutina cotidiana y laboral, en la que se tiende a mostrar con frecuencia nuestros anhelos y sentimientos.
Según revelan estudios recientes, una de las frases que más se está utilizando en Internet es «¡Odio mi trabajo!», una declaración de guerra que, dicha a través del altavoz equivocado, puede traer al usuario encolerizado un buen disgusto.
Descartado que desde el propio ordenador del trabajo se lance este grito de guerra, no vaya a ser que el gran ojo de la jefatura detecte la consigna, son infinidad quienes practican este desfogue virtual desde sus ordenadores personales. Esta es una de las conclusiones que han extraído varios profesores de la Universidad de Hannover, quienes han llevado a cabo un experimento cuya pretensión ha sido la de advertir a los usuarios de Twitter y redes sociales en general sobre los peligros que conlleva escribir mensajes abiertos al público; en este caso, aquellos que puedan comprometer su estabilidad laboral.
Este estudio derivó en la creación de una herramienta llamada FireMe!, un sitio web que utiliza un algoritmo para detectar a los usuarios de Twitter que publiquen contenido donde dicen odiar su trabajo, detestar a sus jefes e incluso muestran su anhelo por eliminarlos.
La dirección para acceder a la herramienta es http:// fireme.l3s.uni-hannover.de/fireme.php. Esta maquiavélica propuesta se encuentra disponible en inglés y a través de ella, y únicamente rellenando una casilla, se puede descubrir si alguien, alguna vez, dijo algo relacionado con su insatisfacción laboral. Aunque pueda parecer una broma siniestra, son multitud los casos de despidos a causa de un comentario escrito en Internet y cada vez se debería tener más presente una de las máximas de la Red de redes: «Lo que se publica en Internet, queda en Internet».