Periódica y esta vez sinsorga cita con los medios de comunicación del presidente Josu Urrutia. Pocos o ni un titular merecible, más allá de que sobre el futuro de Marcelo Bielsa no toca hablar ahora y sobre las negociaciones para prolongar el contrato de Iker Muniain tampoco. Y todo en aras de la ansiada tranquilidad deportiva, de esos puntos necesarios para mantener la categoría y, entonces sí, empezar a airear la temporada que viene, en la que al menos el mandatario rojiblanco defiende que «vamos a estar muy ilusionados». A lo mejor por aquello del nuevo campo o quizá porque, como sí confirmó, hay dinero en las arcas del club para fichajes, claro está, si es que «se creen interesantes y sin volverse loco a nivel económico».

El de Lekeitio tiene ahora mismo una preocupación de puertas afuera, cual es «alcanzar la tranquilidad lo antes posible, es lo que nos preocupa y lo que nos ocupa, y lo que tenga que venir el año que viene ya vendrá». A partir de ahí, lógico por otra parte, huelga cualquier pincelada sobre quién se sentará en el banquillo del nuevo San Mamés o como diría el propio Bielsa, «las negociaciones no se relatan, se informan una vez que se concretan». Y lo que vale para el técnico, vale para un jugador ahora mismo en el ojo del huracán como es Iker Muniain.

El navarro termina contrato en 2015 y si bien las conversaciones para alargar su ligazón al Athletic se han abierto, Urrutia aclaró ayer que «ahora mismo no pensamos a futuro, estamos todos centrados en la tranquilidad para luego poder hablar». Sí echó un capote el presidente al mal momento deportivo y seguramente anímico que atraviesa el jugador, al defender que «Iker irrumpió hace unos años con una edad muy joven y es complicado mantenerse a un nivel a una edad tan temprana y no tener momentos de bajón».

Josu Urrutia comparó el momento del de la Txantrea con el del resto de compañeros, «que están lejos de lo que pueden dar». En ese sentido, y después de verse señalado ante el Granada por técnico y parte de la grada, mandó un doble mensaje, como es que «para nosotros Iker es un jugador importantísimo, joven, que debe pasar por estas situaciones como han pasado otros. Tenemos que ayudarle y él poner de su parte para implicarse más y buscar su punto óptimo. A mí no me ha pasado, pero es una experiencia más y el entrenador toma las decisiones en virtud de las situaciones. A nadie le gusta vivirlas, pero cuando las toma es en beneficio del colectivo y el jugador lo debe asumir».

Lo que sí tiene claro el máximo responsable de la entidad es que «esperemos que Iker esté muchos años aquí», lo mismo que se congratuló de que así vaya a ocurrir con el renovado Iñigo Ruiz de Galarreta, «jugador que apuntaba y apunta, y cuya confianza en él es máxima». Todo lo contrario de un Amorebieta sobre cuyo futuro no se sabe nada, pero que sin estar «descartado», dijo el presidente, ni ha habido más contactos con él, ni el club los va a reiniciar.

Y lo que vale para los jugadores, decíamos, vale para Marcelo Bielsa. Al ser preguntado sobre si le gustaría que sisguiese en el banquillo, Urrutia contestó que ahora toca centrarse en el presente y salvarse cuanto antes. ¿Y sobre Ziganda? Pues más allá de confirmar lo sabido, que lo está haciendo muy bien, otro tanto.

El rendimiento del equipo

Como se ve, aclarar las dudas en torno a la actualidad rojiblanca estará sujeto a lo que el equipo tarde en alcanzar esos 42-43 puntos que den el sosiego a la junta directiva para ya, sí, hablar sobre planes futuros. «Lo que es importante es que cuando el equipo esté asentado piense en cuestiones del año que viene», esgrimió. Porque lo que es esta temporada, seguro que tiene ganas de que acabe, dado que «a nivel colectivo no es el equipo del año pasado, cuando colectivamente se dio un gran rendimiento. Y este año ni individual ni colectivamente se ha dado». Si habrá caras nuevas, parece que al menos alguna repesca de exrojiblancos sí, ya se verá: «El club puede asumir situaciones que puedan ser interesantes en lo deportivo y sin volverse loco en lo económico».