Editorial 2013/4/2
Guantánamo: persistencia y vergüenza
laJornada
Desde hace casi dos meses, decenas de internos de la prisión militar de Guantánamo iniciaron una huelga de hambre en protesta por la confiscación de cartas, fotografías y correo legal, así como por la profanación de ejemplares del Corán durante pesquisas en sus celdas. (...)
Más allá de las cifras, la realización de la huelga de hambre en Guantánamo es indicativa del grado de desesperanza a que han sido llevados los prisioneros de esa prisión, y obliga a recordar que ésta constituye una negación rotunda de la legalidad (...). Para colmo, los cautivos en ese sitio no sólo han debido enfrentar un trato extremadamente cruel, sino también han padecido la negación de prácticamente todos sus derechos humanos y la reducción a la inexistencia jurídica (...).
La persistente condena internacional a ésas y otras acciones realizadas por el gobierno de Washington desde tiempos de George W. Bush fue aprovechada por Barack Obama durante su primera campaña por la presidencia de Estados Unidos, y la promesa del cierre de Guantánamo en el curso del primer año de la nueva administración fue uno de los puntos centrales de la agenda de «transformación» del actual mandatario. (...)
A más de una década de su habilitación como centro de detención de supuestos «terroristas», la prisión de Guantánamo es la señal más inequívoca del fracaso de las aspiraciones y promesas de cambio del actual mandatario estadunidense: en efecto, si Obama ha sido incapaz de cumplir con una medida de obvia necesidad, que genera amplio consenso entre la opinión pública dentro y fuera de su país, difícilmente podrá concretar, en el cuatrienio que le queda al frente de la Casa Blanca, el resto de las transformaciones que su país requiere con urgencia. La comunidad interna- cional, por su parte, ha participado en todo este tiempo de la degradación moral de Washington, en la medida en que ha tolerado las prácticas abominables y los tratos inhumanos que tienen lugar en Guantánamo, y ha contribuido a que ese campo de concentración represente, en la actualidad, uno de los mayores símbolos de injusticia, ilegalidad y vergüenza para la humanidad.