Hace dos años, Tim Hetherington -periodista y director de cine británico que alcanzó gran renombre gracias a su nominación al Óscar por su excelente documental «Restrepo» y vencedor del World Press Photo en el 2007-, falleció mientras cubría el conflicto entre tropas rebeldes y leales al líder libio Muammar Al Gaddafi, en la ciudad de Misrata.

El pasado miércoles, otro documentalista británico llamado Lee Halpin moría mientras desarrollaba su labor en los suburbios de Newcastle. Halpin no murió como consecuencia de una bala: al parecer, fue víctima de una hipotermia mientras elaboraba un documental sobre los sin techo. Hetherington y Halpin murieron por causas bien diferentes, pero ambos compartían un nexo común, utilizaban la cámara en un lugar extremo para acercarnos la realidad.

No es el primer caso de un documentalista que fallece mientras desarrolla su labor, una labor que bordea el peligro en infinidad de ocasiones porque a ella le corresponde hacernos partícipes de un episodio que debe ser revelado y difundido. En el caso de Lee Halpin, su intención era grabar un documental para ser emitido en Channel 4 acerca de la dura vida cotidiana que deben afrontar los llamados sin techo en la muy civilizada Gran Bretaña.

El pasado 31 de marzo este joven periodista pidió a sus amigos en las redes de Facebook y Twitter un saco de dormir de segunda mano y al día siguiente declaró sus intenciones ante una cámara web. Planteaba sumergirse en ese estilo de vida «tan profundamente como pueda». «Espero que ustedes lo perciban como un enfoque intrépido al tema», dijo a sus seguidores. Según apuntan diversas fuentes, Lee Halpin, cuyo cadáver fue descubierto en un inmueble abandonado de Newcastle, falleció probablemente a consecuencia de una hipotermia debido a las bajas temperaturas que se han registrado estos días en Gran Bretaña.

No obstante, la Policía ha abierto una investigación y, por el momento, han sido detenidas dos personas en relación a este caso.