La convocatoria fue realizada por un grupo de personas afectadas por las políticas de UPN y durante el recorrido de la manifestación, desde el parque de Antoniutti hasta la Plaza del Castillo, pudieron verse pancartas que reflejaban esta diversidad. Desde los tartalaris a quienes les piden hasta nueve años de cárcel por lanzar una tarta a Barcina en Toulouse hasta las antiguas trabajadoras de las privatizadas cocinas del Complejo Hospitalario.

Una pancarta con el lema «Ustelak kanpora! Barcina go home! ¡Barcina, vete ya! Que decida el Pueblo» encabezaba la manifestación, durante la que se corearon consignas como «Barcina kanpora», «UPN lapurrak», «Fuera ladrones de las instituciones», «Que sí, que sí, que hay solución, sí a la moción y Barcina a prisión», «Juicio aquí y no en Madrid», «Que se vaya Enrique Maya» o «¿Tú que estás mirando? También te están robando».

Incluso se recuperó la histórica tonadilla del «Que se vayan», referida a las fuerzas policiales españolas, pero aplicado a Yolanda Barcina y a Enrique Maya.

La manifestación de ayer fue una de las más numerosas que ha vivido la capital navarra en los últimos tiempos. Cuando la cabecera de la marcha había recorrido ya todo el contorno de la Plaza del Castillo y se situaba junto al estrado colocado al comienzo de la avenida de Carlos III, a la entrada del Palacio de Nafarroa, la cola todavía se encontraba en la zona del hotel Tres Reyes.

Durante el recorrido se escucharon sonoros pitos al paso por el Parlamento navarra, al igual que cuando el cortejo se situó frente a la sede del PSN y la del Gobierno navarro.

«Estamos hartos»

«Hoy hemos venido aquí a decir que estamos hartos. ¡Ya basta!», proclamaron Israel González (parado) y Berta Arizkun (trabajadora de la Administración pública) en nombre de los convocantes de la manifestación.

«56.000 personas en paro, 11.000 de ellas no tienen ningún ingreso y muchas están amenazadas de desahucio, EREs, recortes en Sanidad, Educación y el resto de servicios públicos, ¡están dando comida basura a nuestros enfermos!... Y mientras todo esto sucede, se ha demostrado que, a la vez que nos imponían los recortes, la casta política que ha gobernado en Navarra se ha estado lucrando a nuestra costa. Mientras firmaban el acta de defunción de Caja Navarra, Barcina, Sanz, Maya y Miranda estaban embolsándose dietas de manera irregular. Estamos ante una crisis económica, política y ética sin precedentes», destacaron.

Ante esta situación González y Arizkun subrayaron la necesidad de un verdadero cambio político en Nafarroa. «Ya no engañan a nadie, sabemos de sobra que con Barcina y UPN no hay solución posible a los problemas que padece la mayoría social», señalaron.

«Queremos que se vaya Barcina por recortadora, por derrochadora, por privatizadora, por corrupta y también por mentirosa, porque ella misma dijo que no se permitiría mantener en su puesto a ningún cargo de UPN que fuera imputado por corrupción. Y esto es justamente lo que esta semana acaba de pasar. El alcalde de esta ciudad, el señor Enrique Maya, sigue gobernando mientras ha sido imputado por delito de prevaricación y cohecho».

Junto a ello, los convocantes de la manifestación reclamaron que se activen todas las vías para lograr que Barcina abandone el cargo. «Exigimos que quienes tienen en su mano quitar a Barcina del poder den un paso al frente y la echen del Gobierno de Navarra ya», reclamaron.

En este sentido, consideraron imprescindible que todos los partidos a la izquierda de UPN se unan para poner en marcha una política alternativa. Una ocasión para ello es la moción de censura presentada por Euskal Herria Bildu en el Parlamento y que será debatida próximamente.

«No hay ninguna razón que impida que la oposición se una aquí y ahora para quitar a Barcina del poder y dar la palabra al pueblo. Que nadie diga que no es posible la unión de fuerzas entre diferentes formaciones políticas. En los últimos meses hemos visto con agrado cómo en numerosas ocasiones la oposición se ha puesto de acuerdo para tumbar algunos proyectos agresivos de UPN y también ha habido capacidad para acordar propuestas en positivo en favor de la renta básica o para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores de la Administración. Si se quiere, se puede», subrayaron.

Por ello, reclamaron que se dejen de lado los intereses partidistas y se atienda al clamor de la calle, abriendo la puerta a una nueva política. «Que nadie piense que lo que estamos pidiendo es un cambio de caras, lo que pedimos es un cambio de políticas. Hay que crear un nuevo modelo basado en la transparencia y el control popular de las instituciones, que permita a la ciudadanía navarra decidir sobre los aspectos fundamentales para nuestro bienestar y que garantice los derechos básicos de la mayoría trabajadora», puntualizaron.

«Pero para que esto sea posible el primer paso a dar es expulsar a Barcina y UPN del poder antes de que perdamos más derechos sociales que costará recuperar, y convocar elecciones para que la ciudadanía vuelva a expresarse en las urnas y se pueda articular un gobierno diferente en lo político y en lo social para Nafarroa», insistieron.

Este desalojo del poder se visualizó mediante una parodia en la que trabajadores de mudanzas sacaron del Palacio de Nafarroa las tijeras con las que aplica los recortes, la porra con la que la Policía Foral reprime a quienes protestan por esos recortes, el cemento que ha caracterizado su gestión (producido por Portland en su incineradora) y maletas llenas de dinero. «A Barcina se lo mandamos a Burgos y a Maya... a tomar por saco», proclamaron.

El PP trabaja para elecciones

Mientras en Iruñea miles de personas se manifestaban en la calle, el PP renovaba su junta local de Ribaforada. En ese acto, el presidente del partido en Nafarroa, Enrique Martín, instaba a los afiliados a «continuar trabajando para mejorar la implantación del partido de cara a unas posibles elecciones anticipadas».

«Si el Gobierno no busca o no encuentra apoyos, nos veremos abocados a un adelanto electoral, algo que no resolverá los problemas de los ciudadanos. La situación institucional de Navarra es desastrosa, pues tenemos un Gobierno foral con pocas iniciativas e incapaz de sacarlas adelante», señaló Martín.