Matxin III y Etxeberria III están en estado de gracia y ayer se impusieron con total merecimiento y autoridad a Juaristi y Agirrezabala en la final del III Sagardoaren Txapelketa en Galarreta. En la previa de la final los protagonistas habían hablado de máxima igualdad y de que, por la ausencia de material, sería un partido largo y muy disputado, pero resultó todo lo contrario. El precedente de la liguilla, en el que Juaristi y Agirrezabala se impusieron por la mínima, no se pareció a lo que se vio en el último partido y Matxin III-Etxeberria se calaron las txapelas con solvencia 40-33.

Desde el inicio del choque los colorados abrieron brecha y mandaron en el marcador con comodidad. Enseguida cogieron diferencias que rondaron los diez tantos y mantuvieron las ventajas durante todo el encuentro. Ni Matxin ni Etxeberria bajaron el pistón y los azules no pudieron recortar distancias. Del 11-3 se pasó al 16-5, al 21-12, al 25-13, al 30-18 y al 40-33 final. Ventajas y marcadores que dejan a las claras el trascurso de la hora del partido.

En momento dulce

Matxin III y Etxeberria III están en un momento con mucha confianza y se notó enseguida. El delantero realizó los mejores remates y tantos del encuentro apoyado en un zaguero que no perdía ninguna pelota y dominaba a su rival.

Agirrezabala jugó el peor partido del campeonato en el momento más inoportuno y ante un pelotari que lleva dos meses impresionantes con solo una derrota por la mínima. El zaguero de Doneztebe está marcando diferencias y se notó en la final. Fue la clave del encuentro, tanto es así que para el jueves que viene le han programado con Urriza para medirse a Ezkurra y San Miguel, un partido impensable hace más de dos meses.

En la final fue amo y señor. Además, Juaristi en ningún momento tuvo pelota para pasar a dominar y Matxin III estuvo como mínimo a su altura, por no decir por encima. Para que resultara completa, le faltó emoción, pero una final es una final y la demostración de los colorados destacó sobremanera en un partido en el que las predicciones no sirvieron de nada.