La coqueta capital de Zuberoa se encuentra en un lugar privilegiado para disfrutar de un escenario de eterno verde, donde las suaves colinas de la cuenca del Aturri-Adour dejan paso al continuo alzamiento de las estribaciones del Pirineo Vasco. Maule se encuentra en una encrucijada de comunicaciones que unen Donibane Garazi y Oloron, rodeado de pueblos con un rústico encanto donde poder perderse. Unidas la Zuberoa de la montaña -o Basabürüa- y la llana, de onduladas colinas, el más pequeño de los territorios vascos se puede resumir como una postal plagada de pueblecitos dispersos entre densos bosques y prados.

Pese a que la presencia romana en Zuberoa dejó poca huella, sus relaciones con el reino de Nafarroa fue buena, pese a ser una plaza muy codiciada, también por los ingleses y bearneses. Tras la desintegración del reino navarro pasó a ser dominio del soberano francés, pese a quedarse al margen de las Guerras de Religión del siglo XVI, en momentos que la casa Albret de Nafarroa fue creando vínculos con casas francesas. El Castillo de Andurain Maytia fue creado por el principal artesano de la Contrarreforma, Arnaud de Maytia, Comendador de Urdiñarbe. Otro hecho remarcable tuvo lugar durante la desamortización de Zuberoa en 1640 cuando se produjo la trágica revuelta encabezada por el cura Matalas.

Maule tiene anexionada una población llamada Lestarre desde 1841, donde se encuentra el castillo-palacio de Andurain Maytia (s. XVIII). Este esbelto edificio, cercano al ayuntamiento actual y no lejos del antiguo consistorio edificado en 1860 -ocupado actualmente por la Maison du Patrimoine-, se encuentra en el centro de una espaciosa plaza dominada en la altura por el castillo-fortaleza. En la parte alta de Maule se encuentra el frontón de 1924, junto el mercado, lugar donde iniciaremos la excursión una vez hayamos aparcado el coche.

El itinerario arranca a la altura del hotel Elissalt, bajando por la calle des Hameaux, tras las señales del sendero GR 78 durante un corto tramo. Una vez ante un desvío a la altura de un puentecito, se debe continuar por la derecha ganando altura, al tiempo que dejamos las últimas casas de Maule. Tras dejar un bloque de viviendas a la izquierda nos encontraremos en un alto, ante un nuevo cruce donde veremos al otro lado del barranco en el alto de una colina la fortaleza de Maule, donde ondea la ikurriña. Por la izquierda, una pista asfaltada nos llevará más arriba al interior de un cerrado bosque autóctono.

Más arriba, en el primer desvío, la excursión continúa por la derecha por una pista de tierra, dejando en el lado contrario el asfalto. Un cerrado bosque de avellanos, robles y castaños apenas deja vislumbrar en el fondo del valle el conjunto urbano de Maule y Sohüta. Una vez en un alto, donde la pendiente se nivela nos encontraremos ante un nuevo cruce. Señal a Matalon-Zapategi. Continuar de frente dejando junto a la pista un caserío deshabitado y poco después una borda. Aquí estaremos ante una vaguada, donde veremos una nave y los caseríos Mirandeborda y Notaria. A la altura del primer caserío pasaremos nuevamente al asfalto, hasta alcanzar un nuevo desvío que lleva a la izquierda al collado Idaula y el caserío Montoria.

Las señales nos llevan por la derecha hasta alcanzar un alto, donde veremos un altivo púlpito de caza y una finca de ganado caballar. En este collado situado a 431 m. estaremos en la loma cimera del cordal de Matalon. En el cruce veremos una bonita panorámica, donde hay una mesa con bancos. A la izquierda una pista, seguida de un camino que lleva en 10 minutos a la cumbre de Txardeka (494 m.), con vistas abiertas hacia la cumbres de Ori y el macizo de Arbaila. El itinerario continúa bajando por el carretil, con vistas sobre Libarrenx, a nuestros pies y Andurain, en la carretera de Donibane Garazi. En el primer desvío a la derecha, continuaremos por una pista de tierra recuperando altura por las herbosas laderas de Matalon, hasta alcanzar el lomo cimero, a la altura de un portillo metálico.

Desde su despejada cumbre (439 m.), el paisaje se abre hacia el Pirineo Vasco, desde las espigadas cumbres de Biarno, el macizo de Larra y Ori hasta el vertiginoso murallón de Iparla y el vecino macizo de Baigura.

Una vez ante una alambrada, bajar por senda junto a ella por una inclinada pendiente herbosa hasta llegar al ángulo inferior, donde seguiremos cercanos a ella hasta dar con un amplio camino. Con la vista puesta en Maule, el camino nos llevará al bosque y más bajo al caserío-granja Ararnat. Sin entrar, continuar por la izquierda por una pista asfaltada que nos acercará al fuerte de Maule (s. XV) que formó parte del sistema defensivo del Reino de Nafarroa.

El carretil nos acercará a la parte alta del plaza del mercado y al lugar de origen de nuestra excursión.