Mañana habrá tiempo para analizar con más detenimiento los números de Imanol, o Imagol, Agirretxe, que ayer enterró el último debate que, como todos los demás, han caído uno detrás de otro como si fueran fichas de dominó. Por desgracia, la cesión de Joseba Llorente a Osasuna ha demostrado que Montanier no era un inepto cuando no lo alineaba. Tampoco cuando prefería a De la Bella antes que a José Ángel o cuando entendía que para compensar a su equipo necesitaba un medio centro defensivo como Markel que liberara de trabajo sucio a Illarramendi.

Y Montanier tuvo que poner durante ocho partidos seguidos a Ifrán como delantero para que quedara en evidencia que no puede ser titular en ese puesto en un equipo con el fútbol que practica la Real por mucho que la mera casualidad quisiera que la racha positiva comenzara con su titularidad. Tras ver en acción al delantero uruguayo se sostenía que ni uno ni otro ofrecían garantías, pero con el equipo enrachado Agirretxe demuestra con sus nueve goles en 1.424 minutos en Liga y el marcado en sus 101 en Copa que su promedio está al alcance de muy pocos y que en él la Real tiene un delantero fiable. Aunque, sin embargo, es el puesto en el que la dirección deportiva debe fichar un jugador porque o Ifrán se va o consigue dar un mejor nivel en la banda, que es el único puesto en el que puede jugar en la Real.