Con gran potencial en sus piernas, pero sin demasiadas victorias a sus espaldas, Roman Kreuziger fichó este año por el Saxo como posible alternativa a los triunfos que Contador no consiguiera, y el ciclista checo encontró ayer en la Amstel un filón con el que ampliar su palmarés. El checo consiguió ayer su primera gran clásica tras imponerse en solitario en la 48 edición de la prueba holandesa, disputada sobre 251 kilómetros entre las ciudades neerlandesas de Maastricht y Valkenburg.

Kreuziger, de 26 años, lanzó un ataque demoledor en la parte final de la carrera para llegar victorioso y en solitario a la línea de meta. Alejandro Valverde acabó segundo al ser el más veloz del grupo perseguidor, que llegó a la meta de Valkengurg a 22 segundos del checo.

La carrera comenzó a animarse nada más darse la salida, con una escapada en la que estaban los belgas Johan Vansummeren (Garmin), Arthur Van Overberghe (Topsport) y Tim De Troyer (Accent.jobs), el vasco Mikel Astarloza (Euskaltel) y el moldavo Alexandr Pliuschin (IAM), a los que se unieron pasados quince kilómetros el también belga Klaas Sys (Crelan) y el francés Nicolas Vogondy (Accent.jobs).

Los siete fugados obtuvieron una renta máxima de once minutos sobre el pelotón de favoritos que, encabezado por Movistar y Katusha, comenzó a reducir la ventaja.

A falta de 45 kilómetros para el final, Astarloza se marchó en solitario tras un ataque en el llano antes del Kruisberg. En ese momento Joaquim Purito Rodríguez sufrió una caída a causa de la cual se vio obligado a abandonar. Voeckler, con una fractura de clavícula, fue otro de los grandes perjudicados del día.

Por detrás, se fueron formando varios pequeños grupos perseguidores del pasaitarra y en la penúltima subida al Cauberg, Astarloza perdió fuelle, momento que aprovecharon los perseguidores y el pelotón para recortar tiempo.

Tras diversos escarceos, Kreuziger y Caruso lideraron la persecución del pasaitarra, formando un grupo de siete elegidos entre los que, a falta de siete kilómetros, el checo del Saxo atacó para llegar al último paso por Cauberg con una renta de 30 segundos sobre el pelotón.

En la base del Cauberg el campeón del mundo Phillippe Gilbert (BMC) atacó, seguido por Gerrans (Orica) y Valverde pero, finalmente, el murciano le devolvió la partida a Gilbert, que lo superó en el pasado Mundial sobre el mismo recorrido. Igor Antón, en 31ª posición, fue el mejor vasco.