Dejar «atada y bien atada» la incineradora de Zubieta retrata al PNV como buen hipotecador
Las nuevas revelaciones sobre las contrataciones de los productos financieros de riesgo que los antiguos responsables del PNV de la Diputación de Gipuzkoa firmaron con entidades bancarias reflejan una realidad muy preocupante. A saber: las prisas con las que quisieron dejar atado y bien atado el proyecto de la incineradora de Zubieta ante la previsión de un vuelco electoral, que luego se hizo realidad, llevó a responsables como el entonces diputado de Medio Ambiente, Carlos Ormazabal, a actuar de la manera más irresponsable y chapucera que pueda imaginarse. Ni siquiera consultó, como era preceptivo, con la asamblea de la sociedad pública de GHK (Gipuzkoako Hondakinen Kudeaketa), y arriesgó dinero de todos los guipuzcoanos en una operación que escapaba a sus conocimientos, como lo certificó el test que le hizo La Caixa.
El PNV, que ha querido hacer de la «buena gestión» una marca propia para los negocios, demuestra otra vez lo que realmente es: un buen hipotecador, acostumbrado durante décadas a hacer y deshacer a su antojo, con peligrosas «puertas giratorias» entre el partido y los grandes negocios. Ya se sabe, sales de la presidencia del PNV y entras como presidente de Petronor.