El Real Madrid conquistaba el primer billete para la Final Four de Londres tras despachar al Maccabi de Tel Aviv por la vía rápida. Los pupilos de Pablo Laso certificaban el 3-0 tras superar a la escuadra israelí por 57-69 en La Mano de Elías.

El conjunto merengue tardó tres cuartos en abrir la ventaja necesaria ante un Maccabi que, aunque siempre a remolque, se mantenía cerca de su rival. Después de llegar al receso con 33-36, Jaycee Carroll, máximo anotador madridista con 16 puntos el día de su cumpleaños, encontró el apoyo de Rudy Fernández y Sergi Llull para conseguir despegarse. David Blatt lo intentó todo para conseguir alargar una serie que se escapaba por momentos, pero una vez que el representante hispano alcanzara los 10 puntos de renta, se vio de forma clara que aquello ya no tenía vuelta de hoja.

Los madridistas regresan a la Final Four tras su aparición en 2011, en Barcelona, de la mano de Messina y Molin. En aquel entonces, los merengues llegaban a la fase final tras superar al Valencia Basket en cuartos, aunque luego caían precisamente frente al Maccabi en semifinales. El último título de Euroliga del Real Madrid data de la temporada 1994/95, cuando los dirigidos en aquel entonces por Zeljko Obradovic, con Sabonis a la cabeza, se imponían a Olympiacos en Zaragoza.

Panathinaikos, con ventaja

Mientras, en el OAKA de Atenas, el Panathinaikos se imponía por 65-63 al Barça, de modo que se adelanta 1-2 en su eliminatoria.

Cabe decir que, justo antes de empezar el partido se supo que el juez independiente de disciplina de la Euroliga de baloncesto multaba con 150.000 euros al presidente del Panathinaikos, Dimitris Giannakopoulos, por sus declaraciones tras el partido del 9 de abril, primero de la eliminatoria de cuartos de final, contra el Barcelona. Ese día, Giannakopoulos acusó a la Euroliga de falta de imparcialidad.

Los catalanes quizá pudieran ahora quejarse del arbitraje, aunque estos poco tuvieron que ver en la renta de 15 puntos desperdiciada por los helenos por una zona 3-2 culé. Sin embargo, cuando parecía que el Barça iba a recuperar el factor cancha, un triple a tablero de Diamantidis, los errores en el tiro libre de Tomic, el pánico y renuncia a tirar de tres de Sada en el último minuto y con 64-63 en el luminoso, y un tiro libre de Gist, certificaban el final de un partido con aspecto de tragedia griega.