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investidura del presidente de venezuela

«Si no se radicaliza, la perspectiva será más difícil»

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Vladimir Acosta
Historiador

El historiador Vladimir Acosta es uno de los referentes intelectuales a la hora de analizar el proceso bolivariano. Profesor de la Universidad Central de Caracas y conductor de diversos espacios de radio, constituye una de las voces críticas y comprometidas con el chavismo.

Alberto PRADILLA | CARACAS

Los resultados del domingo estrechan la distancia entre bolivarianos y la derecha. ¿Cuál es la causa?

Este proceso venía desenvolviéndose y el Gobierno no le dio la atención suficiente. Se actuó con ceguera y no se tomaron en cuenta los problemas internos. Tampoco se apreció la magnitud del crecimiento de la propia oposición. Aquí hay una paradoja. Ni en Venezuela ni en América Latina ha existido nunca un proceso que haya hecho con la mayoría de la población algo como lo que hizo Hugo Chávez. La campaña tuvo deficiencias y finalmente se produjo el susto. Aquí juega la falta de creación de conciencia entre algunos sectores populares, la influencia del burocratismo, la corrupción, que significa que muchos recursos que se destinan al pueblo terminan en el bolsillo de algunos vivos que se hacen pasar por revolucionarios. Incluso entre los propios sectores populares tampoco existen los suficientes controles. Además, están los medios, que tienen un poder descomunal.

¿Esto explica el trasvase de votos a los opositores?

Hay siete millones de votos chavistas que son «patria o muerte». Pero hay 700.000 que se pasaron a Capriles. Quizás no todos directamente, pero las cifras coinciden. En parte falta conciencia pero esto es también responsabilidad de quien tenía que formar a la gente.

¿Qué estaba en juego en estas elecciones? Eran los primeros comicios en Venezuela sin Hugo Chávez.

Lo que está en juego es un modelo de independencia y soberanía contra una vuelta al neoliberalismo y a la dependencia de EEUU. En el fondo esto es una suerte de advertencia. Porque en estos procesos que se basan en elecciones no se puede perder ninguna, porque pierdes el poder. Sin embargo, se ganó. Y limpiamente.

La derecha, pese a la derrota, ha tratado de cantar fraude y poner en cuestión al CNE.

Estaba claro que si los resultados eran ajustados, iban a cantar fraude. Pero hay que recordar que no existe posibilidad de que el CNE haga trampas. El sistema está reconocido incluso por ellos, no han dicho nada cuando ganaron gobernadores. Esto es absolutamente incoherente. El responsable de estos muertos es Capriles y hay que juzgarle.

¿Cuáles son los retos para los próximos años?

El peligro está en que, si no se avanza, si no se radicaliza, si no se logra reincorporar a sectores populares que se han perdido, la perspectiva electoral será cada vez más difícil. No es descartable que en tres años puedan hacer un referéndum y ganarlo.

La posición de Nicolás Maduro es muy complicada.

Se está empezando a ganar el liderazgo. Hay que convertir el servicio eléctrico en un servicio de seguridad. Porque está lleno de infiltrados y hay muchos sabotajes. Vamos a sanear la corrupción, a botar corruptos. No basta con criticar los que están allá. También los que tenemos aquí y que están acabando con este proceso. Eso lo ha prometido Maduro con firmeza y algunas cosas ya se están cumpliendo. Nunca será Chávez. Porque Chávez es algo excepcional. Pero Maduro va a ser un líder y puede crecer. Creo que puede iniciarse un liderazgo más colectivo, que puede hacer que ese liderazgo recupere terreno. Si no, estamos perdidos. Lo importante es actuar con firmeza, que el proceso siga avanzando, se radicalice, se profundice y gane más apoyos. Cuanto más grande sea este apoyo, más oportunidades habrá para avanzar. Por eso hay que actuar con decisión, no debemos intentar conciliar con la derecha, que quiere el poder completo. Lo peor que se puede hacer es concederle algo, porque entonces estás perdido, la derecha termina derrotándote.

 

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