De Ahuzki a Eskaleak por la cresta norte, extraordinaria ascensión por una muga entre paisajes
El afirmar que vamos a proponer una ascensión por uno de los paisajes más espectaculares de Euskal Herria puede parecer pretencioso. Pero quien recorra desde el balneario de Ahuzki el cresterío que une los macizos de Arbaila e Irati hasta ascender a la cumbre de Eskaleak (Escaliers) con un día diáfano, podemos asegurar que nos dará la razón. Este cordal que vamos a recorrer marca varias fronteras: entre Nafarroa Beherea y Zuberoa y entre dos composiciones geológicas (caliza en Arbaila y conglomerado en la formidable barrera de Escalera), entre el paisaje amable del valle de Donibane Garazi y el horizonte bravío del Pirineo.
Es cierto que esta antigua ruta trashumante ha perdido una parte de su atractivo natural tras la construcción de la carretera pastoril que la recorre en su totalidad; pero el caminante todavía puede disfrutar de sus incomparables panorámicas sin apenas tocar el asfalto. El punto de inicio será el collado de Burdin Olatze, cercano al albergue de la fuente de Ahuzki, en el macizo de Arbaila. Junto a un depósito de agua, en un cruce de pistas, podremos aparcar el coche.
Para empezar la ascensión nos situaremos mirando hacia el sur y en ese rumbo abordaremos la pendiente herbosa que tenemos enfrente buscando el arranque de un pequeño sendero que trepa por la ladera (cairn). Pronto llegamos a entroncar con la línea de puestos de caza (8 min) que será nuestra referencia en buena parte del itinerario. Uniendo la sucesión de emplazamientos cinegéticos discurren pequeños senderos que nos permiten avanzar por un altozano herboso con fantásticas vistas a ambos lados.
Alcanzamos un collado apenas marcado en el que se asientan varios puestos (25 min). Si observamos la ladera inmediata, veremos que a la derecha la cruza una pista de tierra. Vamos a seguir por ella, pero tan sólo un par de minutos. Cuando empiece a descender deberemos estar atentos a un sendero que surge a la izquierda (cairn).
Esta senda nos llevará a bordear la ladera SO de Lutogaina y, sin apenas desniveles, nos irá conduciendo hacia el marcado collado de Arantzus (928 m), identificable en la distancia por una elegante borda rodeada de prados. Cuando lleguemos a su privilegiado emplazamiento (45 min) nos tocará dirigir la mirada hacia el fuerte desnivel que nos opone la montaña para continuar nuestro avance.
Una vez más, serán las trepas de cazadores, en este caso encaramadas en las alturas del hayedo, las que nos irán marcando la referencia en nuestro duro ascenso por el bosque. No nos dejaremos tentar por una pista que sesga la pendiente, porque nos levaría poco más arriba a desembocar en la carretera.
Nos toca, pues, acompasar el ritmo e ir ganando altura intentando buscar la senda más idónea entre las que unen las atalayas cazadoras. No sin esfuerzo emergemos del hayedo a un terreno abierto, en cuyo lomo siguen alineándose los puestos (1,05 h). Manteniendo siempre la cresta vamos a converger con la carretera (1.146 m) (1,15 h); pero sólo tendremos que recorrer por ella unos metros. Al frente se dibuja una colina herbosa por cuya vertiente oeste vamos a seguir una senda ganadera que nos enfila ya directamente hacia los últimos resaltes del pico Eskaleak.
Para este momento tendremos a nuestra derecha los impresionante contrafuertes del muro de esta montaña, que caen verticales como una sucesión de olas petrificadas sobre las profundidades de la barranca de Ilunatze.
Subimos por los herbales hasta converger con el trazado de la GR-10. Acompañados de su balizaje vamos a afrontar la que es quizás la parte más espectacular del itinerario. La senda va a desplegar un alarde de lógica entre los roquedales buscando la ruta perfecta para salvar sus contrafuertes. El ambiente y las vistas son ahora impresionantes.
Una opción para alcanzar directamente la cumbre de Eskaleak es la de aproximarse hacia el mismo muro de la montaña y poco antes de llegar al mismo, localizar a la izquierda una tenue senda abierta entre el brezo (cairn), que nos permitirá situarnos frente al último repecho de la montaña. Desde allí, sólo una fuerte pendiente herbosa nos separará de la cima que hemos venido a buscar (1.472 m) (2,20 h).
Una opción más cómoda es la de seguir el trazado de la GR-10 hasta el collado de Lepo Ttipia (1.423 m) y remontar luego hacia el este hasta alcanzar la misma cumbre. También es aconsejable utilizar esta variante para el descenso, que nos hará retornar a Burdin Olatze por el mismo camino (3,50 h).