Mikel INSAUSTI

Nicholas Sparks es uno de los autores literarios que mayores beneficios ha dado a la industria de Hollywod, gracias a una trayectoría comercial mantenida a lo largo del tiempo. Sus novelas románticas han captado a varias generaciones de lectoras y de espectadoras, porque dicen las estadísticas que gustan al público femenino. «Mensaje en una botella», «Un paseo para recordar», «El diario de Noa», «Querido John», «La última canción» o «Cuando te encuentre» han sido un éxito repetido tanto en libro como en película. Pero es difícil mantener viva la atención del público por siempre con una misma fórmula, por lo que en «Un lugar donde refugiarse», originalmente titulada «Safe Haven», hay un claro intento de renovación.

El dominante tono rosa de los melodramas de Nicholas Sparks se tiñe ahora de negro, al entrar en juego un cruce con la intriga policial. Un cruce de géneros que no le funciona, debido a que el suspense está mal encajado en la historia de amor. No sé si el cambio de estilo contentará a su fiel audiencia, pero desde un punto de vista objetivo no ha dado un resultado satisfactorio. Y eso, que para la adaptación contaban con un consumado narrador cinematográfico como el sueco Lasse Hallström, que ya hizo milagros anteriormente con «Querido John». Aquí lo tenía más difícil, puesto que el texto, al estar menos definido, presenta mayores debilidades. Tampoco parece que los productores hayan tenido mucha fe en las posibilidades reales de «Un lugar donde refugiarse», tal como se deduce de una modesta inversión de 28 millones de dólares, la cual se traduce en un reparto semidesconocido.

Las interpretaciones no son buenas, aunque en honor a la verdad hay que decir que partían de unos personajes poco creíbles. No en vano ésta es la historia de una mujer que parece la versión femenina de «El fugitivo», y que, tras aparecer de la nada en un idílico pueblo turístico de la costa, se siente acosada por su pasado, de lo que nos vamos enterando por medio de una sucesión de «flash-backs» que conducen al peor de los desenlaces.