El día después de la consulta celebrada en Legazpi fue el turno de las valoraciones por parte de diversos dirigentes políticos. Mientras, el equipo de gobierno municipal se reunió ayer por la tarde-noche y tiene previsto, según indicaron a GARA, emitir hoy un primer análisis sobre unos resultados que arrojaron 3.599 papeletas contra el puerta a puerta (PaP).

Desde EH Bildu, el parlamentario Oskar Matute, entrevistado en Radio Euskadi, fijó su atención más en el método que en el resultado. A su juicio, sería «un gran avance» lograr un acuerdo para establecer «cuáles tienen que ser los parámetros que garantizan un buen desarrollo de una consulta popular», ya que en este caso se ha permitido delegar el voto en terceras personas y eso deja «resquicios para la duda». No obstante, recordó que el PNV «se pasó por el arco del triunfo» la consulta sobre la térmica de Boroa.

Ernesto Merino y Maite Saraua (Aralar) reconocieron que los resultados de Legazpi son «para tener en cuenta», si bien lamentaron la politización de este tema. Tras atribuir la polémica a «un determinado sector político» que busca principalmente «desgastar» la labor de gobierno de Bildu, los representantes de la formación abertzale reclamaron a Lakua medidas para que la ciudadanía «participe en la toma de decisiones» y su voluntad sea «vinculante».

En este contexto, recordaron que el PNV «no ha consultado» en localidades en las que gobierna sobre temas como el quinto contenedor, el TAV, la incineradora de Zabalgarbi o la central térmica de Boroa.

Imanol Lasa, portavoz de la plataforma jeltzale Gipuzkoa Garbia, estimó que Legazpi «ha mostrado el camino a otras localidades» frente al «modelo de imposición» que a su juicio propugna Bildu, a la que criticó por no organizar la consulta desde el Ayuntamiento.

En términos similares se expresó el portavoz del PP en las Juntas Generales, Juan Carlos Cano, quien aseveró que esta consulta demuestra que Bildu «no puede actuar a golpe de látigo».

El mismo domingo, el PSE, por boca de Denis Itxaso, calificó de «abrumador» el resultado y habló de actitud «cerril y obsesiva» de Bildu a la hora de encarar la problemática de la gestión de los residuos.