Asegura el lehendakari que mantiene el «margen de negociación hasta el viernes» para tratar de salvar el presupuesto, pero el Departamento de Hacienda ha confirmado a Efe que no va a citar ni a EH Bildu ni al PSE a una última conversación. Iñigo Urkullu apunta desde Bruselas que no cree «que hay el mismo grado de voluntad por parte de algunas formaciones políticas que pueden ser necesarias para una estabilidad institucional». Y lanza a modo de aviso que «a mí, personalmente, me hará mucho que pensar en todas las alternativas que se puedan abrir el próximo viernes». El Gobierno, que es el que necesita los apoyos, pretende aparecer nuevamente como si fuera quien concede premios.

El consejero de Hacienda se reunió ayer con el PP y se comprometió a responder a las peticiones realizadas. Pero, pese a que Arantza Quiroga anunció que su partido mantiene la puerta abierta al acuerdo hasta el último momento, ese apoyo es insuficiente.

En círculos parlamentarios se habla ya sin tapujos de la posibilidad de que el Gobierno acabe retirando el proyecto para evitar la escenificación en pleno y con votación de una gran derrota política. Desde el Ejecutivo, ni confirman ni desmienten.

La Mesa calificó ayer las enmiendas parciales presentadas por los grupos. Son 8 del PNV, 239 de EH Bildu, 457 del PP y 296 de UPyD. El PSE no registró enmiendas parciales por considerarlo contradictorio con su rechazo general al presupuesto.

EH Bildu incrementa ingresos

Frente a la fórmula del PSE, EH Bildu ha optado por otro movimiento. Sus enmiendas parciales introducen un incremento de 646 millones en el apartado de ingresos. Sostienen que el aumento del déficit público del 0,7% actual a un 1,5% permitiría obtener a través de deuda pública 520 millones para reactivar la economía. La segunda vía de ingresos se centra en una lucha «eficaz« contra la evasión fiscal, de la que se podrían sacar, según cálculos de los soberanistas, 126 millones más. El tercero camino para tener más dinero es el de derivar los 378 millones destinados al TAV para gasto social.

Esta fórmula es ajena al reglamento, por lo que la Mesa ha concedido 24 horas a la coalición para ajustar el gasto al ingreso previsto en el proyecto.

EH Bildu escogió la sede de Lanbide en Miribilla (Bilbo) para anunciar sus enmiendas y, al mismo tiempo, denunciar la política «antipersona» que esconden unos presupuestos «antisociales y plagados de recortes en las áreas más importantes para la reactivación económica».