El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, ordenó ayer «una investigación en profundidad sobre los enfrentamientos entre soldados e insurrectos en Baga», un pueblo de pescadores situado en las orillas del lago Chad, que vivió un baño de sangre el pasado viernes.

La Cruz Roja afirma que «se han enterrado 187 muertos y 77 personas han sido hospitalizadas» desde el desencadenamiento de la violencia en esta localidad del estado de Borno, cuna de la insurrección del grupo islamista Boko Haram. Se trata del balance más grave ocurrido en un solo día desde el comienzo de esta insurrección.

El coordinador general de la Cruz Roja, Umar Mariaga, señaló que había logrado autorización para enviar un equipo de socorro a Baga, que se encuentra cerrada por el Ejército, y que llegaría hoy.

«Una destrucción bárbara»

Según esta organización, 300 viviendas han quedado destruidas, la mayoría calcinadas por el fuego del que la población tuvo que huir. «Baga es todavía bajo un estado de sitio militar», aseguró a France Press un habitante bajo anonimato. La pequeña localidad «está todavía paralizada, con poca comida y agua, lo que nos empuja a marcharnos incluso a aquellos de nosotros que nos quedamos»

El gobernador del estado de Borno, Kashim Shettima, habló de una «bárbara destrucción de vidas y bienes» y pidió un aprovisionamiento inmediato de alimentos y ropa y financiación de emergencia para reconstruir las casas destruidas. Baga está situada a 150 kilómetros de la ciudad de Maiduguri, considerada como la base de Boko Haram. Las autoridades de Chad y Níger confirmaron la participación de sus tropas junto al Ejército de Nigeria en los enfrentamientos.

Fuerzas de Chad y Nigeria

Según fuentes militares nigerianas, las fuerzas de Chad y Níger se habían trasladado a Baga siguiendo instrucciones de los servicios de inteligencia, que aseguraban que los integrantes de Boko Haram se habían refugiado en dicha localidad.

El comandante de la fuerza de acción conjunta desplegada en el norte de Nigeria, Austin Edokpaye, precisó que los enfrentamientos comenzaron el viernes por la tarde con un primer ataque de Boko Haram contra una patrulla militar en una localidad a orillas del lago Chad -que fue seguido de disparos de artillería y de granadas por parte de los islamistas- y concluyeron el sábado por la noche.

Otras informaciones indicaron que los combates comenzaron cuando los soldados rodearon una mezquita en la que se habían refugiado los rebeldes. En cambio, un habitante aseguró que miembros de Boko Haram quisieron entrar en el centro, donde los vecinos «suelen ver partidos de fútbol». Según esta versión, los islamistas habrían disparado sobre la multitud que, aterrorizada, intentó huir y los soldados intervinieron antes de replegarse ante insurgentes fuertemente armados. Los soldados habrían comenzado entonces a disparar e incendiar las casas, «abriendo fuego sobre todo lo que se movía. Las mujeres, los niños y las personas mayores no se libraron», añadió. La fuerza conjunta del Ejército y la Policía es acusada habitualmente de ejecuciones sumarias y de violencia contra los civiles.

Baga está situada junto a la porosa frontera de Chad, Níger y Camerún, según Shehu Sani, experto en la violencia en Nigeria, que asegura que las fuerzas de seguridad «no saben muy bien quién es insurgente y quién no».