El parlamentario jeltzale Iñigo Iturrate aseguró ayer, en una mesa redonda sobre el modelo policial organizada por el sindicato Erne en Bilbo, que las responsabilidades políticas en un caso como el de la muerte de Iñigo Cabacas «no pasan de un gobierno a otro».

Fue su escueta reflexión después de expresar su respeto por la investigación de los hechos, por la víctima y por su familia, así como por la presunción de inocencia de las personas que podrían ser juzgadas por su relación con la carga que acabó con la vida del joven.

A su vez, Julen Arzuaga (EH Bildu) lamentó que desde el ámbito político la única respuesta haya sido que la muerte del aficionado rojiblanco «fue un hecho fortuito, accidental y, como mucho, un error».

Para el parlamentario, la orden de carga que recibieron los ertzainas estuvo «fue injustificada y desproporcionada», por lo que deben asumirse responsabilidades en el ámbito «disciplinario, judicial y político».

Medidas disciplinarias

Respecto a la decisión del Departamento de Seguridad de enviar a seis ertzainas implicados a desarrollar tareas administrativas, Arzuaga subrayó que «van a tener un incremento de sueldo, no sabemos -añadió- hasta qué punto casa con una actitud de imponer una amonestación en términos disciplinarios». «Puede haber detrás presiones de los sindicatos, previsiones corporativas, intereses de que `no nos dejen colgados', que `no nos abandonen'», planteó el parlamentario, que opinó que esa decisión de Lakua «no es una adopción de responsabilidades».

Mientras en el interior del Palacio Euskalduna se producía ese debate, una veintena de personas de la plataforma ciudadana Iñigo Gogoan se concentraron para exigir justicia y que casos como el de la muerte del joven no vuelvan a repetirse, para lo que estiman imprescindible un cambio del modelo policial vigente.