La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, asistió ayer a la audiencia que cada miércoles ofrece el papa Francisco, a quien entregó una carta y un pañuelo blanco -símbolo de la lucha de las Abuelas- tras conversar varios minutos.

En ella le socilitan la apertura de «los archivos del Vaticano, la Iglesia argentina y de comunicaciones como el Movimiento Familiar Cristiano, donde monjas recibían niños de la dictadura y los daban en adopción».

«No solo aniquiló a nuestros hijos y se robó a nuestros nietos, sino que además disolvió todas las pruebas que nos permitirían saber qué hicieron con ellos. Es por eso que para nosotras, cualquier dato, por mínimo que parezca, es un bien fundamental para poder localizar a los hijos de nuestros hijos. En ese sentido, solicitamos a usted que pida a los miembros de la Iglesia católica y a sus feligreses que brinden información que tengan sobre el paradero nuestros nietos desaparecidos, que les advierta que constituye un pecado ocultar crímenes catalogados por la comunidad internacional como de lesa humanidad», remarcan en la carta. Según afirmó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo en una posterior rueda de prensa, el papa les dijo «cuenten conmigo, estoy a su disposición». «Es la palabra de él. Ahora nace otra instancia. Vamos a quedar en compás de espera para ver qué respuesta hay en la Iglesia argentina. Hoy empezamos un nuevo camino», resaltó.