La disidente cubana Yoani Sánchez no llegó ayer a Donostia para participar en la presentación del documental «Forbidden voices», tal y como habían anunciado la víspera los organizadores. Al parecer, la apretada agenda de su gira mundial por doce países que durante estos días recalaba en Madrid le impidió llegar a subirse al avión que la traería hasta Euskal Herria. El martes, Sánchez visitó la sede del PP en la calle Génova donde compartió opiniones con Esperanza Aguirre y después con José María Aznar, y ayer mantuvo un encuentro en el Congreso español con distintos grupos parlamentarios, al que la Izquierda Plural prefirió no asistir.

A las puertas del Teatro Victoria Eugenia la esperaban miembros de la organización internacionalista Askapena, quienes se concentraron a favor de la revolución cubana y expresaron que Sánchez, «financiada generosamente por los enemigos de Cuba, quiere desvirtuar la que debería ser la naturaleza de este Festival».

Correr por el pueblo saharaui

El Festival de Derechos Humanos desvelará mañana por la mañana el palmarés de esta XI edición. Mientras, continúan las proyecciones y hoy será el turno de «The runner» (El corredor). Este documental tiene como protagonista a Salah Hmatou Ameidan, un atleta saharaui que desde los diez años consiguió numerosas medallas representando a la bandera de Marruecos. Fue en 2003 cuando decidió poner fin a volver a correr con el equipo del país que torturó, reprimió incluso mató a sus familiares y vecinos. En una carrera entró el primero a meta y lo hizo sujetando una bandera saharaui.

Ese gesto le obligó a solicitar asilo político y desde entonces, aunque reside en el Estado francés, participa en las carreras con sus colores. «Mi lucha refleja la lucha por mi pueblo ocupado durante cuarenta años -dijo ayer en Donostia-. Cuando corro, pienso en llegar a la meta, pero en mi cabeza llevo también al pueblo saharaui». Euskal Herria, presente en la película, «ocupa un gran lugar en mi corazón», añadió. «Tanto desde el punto de vista político como por su gente y por la cantidad de asociaciones que a favor de la causa saharaui existen aquí». Su participación en la Behobia de 2010, por ejemplo, fue muy especial. Pocos días antes, las fuerzas policiales marroquíes habían asaltado el campamento de El Aaiún, donde nació el corredor, y cuatro días antes de la carrera supo que entre las víctimas mortales estaba su primo de 18 años.

El director de la película, Saeed Taji Farouky, es palestino, conocedor por tanto de una similar realidad de ocupación en su país. Durante tres años ha acompañado a Ameidan en su día a día: «Me interesaba reflejar las distintas reacciones a una ocupación, qué es ser un refugiado y cuál la respuesta de cada uno. Realizar una película es también un modo de resistir. La rebelión puede adquirir muchas formas. Hay que buscar esas nuevas alternativas de resistir».