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La última víctima de los recortes: los observatorios de incendios de Navarra

Con esto queremos advertir del gran riesgo que vamos a correr a partir de este verano en adelante por ahorrarse la «friolera» de 32.000 euros al año

La política de recortes que estamos padeciendo sistemáticamente también se ha llevado por delante los únicos cuatro observatorios de incendios situados en lo alto de otros tantos montes de nuestra provincia. Este es el último eslabón de una tendencia a la supresión progresiva de dichos observatorios que hace unos años eran más de veinte.

Esto quiere decir que por ahorrarse el sueldo de 8 vigilantes (dos por cada observatorio) durante los tres meses de verano se ponen en peligro muchas hectáreas de los bosques navarros (unos de los mejor conservados de la península) y pueblos enteros situados en sus alrededores a lo largo y ancho de nuestra geografía. El argumento esgrimido por la dirección de la Agencia Navarra de Emergencias (ANE) encabezada por Eradio Ezpeleta es que cuando un fuego se desata la gente que anda por el monte llama por móvil al 112 avisando del incendio y que por tanto los vigilantes de incendios no somos necesarios. Si bien esto es cierto en lugares relativamente poblados, este es un argumento muy temerario, ya que en una gran cantidad de zonas de Navarra la presencia de ganaderos, agricultores o paseantes es escasísima. Esto se agrava porque en muchas de esas zonas aisladas la presencia de coníferas -de replantación o autóctonas- es muy importante con lo que aumenta exponencialmente la velocidad de propagación de un posible incendio. A esto hay que añadir que la información facilitada desde los observatorios es mucho más precisa que la que la gente suele dar, debido a la formación específica de los vigilantes: color de la columna de humo, número de focos, dirección del viento,... factores estos que ayudan a entender la posible evolución del incendio.

En los cursillos que nos solían impartir antes de cada campaña siempre nos recalcaban que el puesto de vigilante era el más importante en la cadena de extinción de incendios, ya que un incendio se apaga más fácilmente cuanto antes se detecta y por tanto cuanto antes se trabaja por apagarlo. Cuando la detección es tardía un incendio puede devenir incontrolable como ocurre todos los veranos en muchas zonas de la península con la desaparición de miles de hectáreas de bosque, perdidas económicas millonarias y cobrándose en ocasiones vidas humanas . Y más en un momento en el que el cambio climático produce un aumento considerable de las temperaturas con el riesgo que esto conlleva en el origen y la propagación de incendios forestales. En otras comunidades autónomas, conscientes de la importancia de los observatorios, estos se siguen manteniendo. Como muestra, un botón: Aragón cuenta con 89 y la Comunidad Valenciana con 69.

Con esto queremos advertir del gran riesgo que vamos a correr a partir de este verano en adelante por ahorrarse la «friolera» de 32.000 euros al año (similar a las dietas de la CAN que cobraba «la banda de los cuatro» por asistir a 3 reuniones. Del TAV que nos quieren imponer, por poner un par de ejemplos). Hacemos responsable a la dirección de la ANE de las consecuencias que un incendio incontrolable podría ocasionar en Navarra por impedir una detección rápida del mismo mediante los observatorios. Con este escrito llamamos a la población a que reflexione sobre las consecuencias que los recortes como este acarrean en nuestras vidas y en nuestro entorno y a que sigan luchando por conseguir un cambio social cada vez más imprescindible.

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