Hace mucho tiempo que el cine no cuenta con un sex symbol, y no es tan fácil fabricar uno de la nada, menos aún en estos tiempos en los que el puritanismo se ha instalado en Hollywood. Dentro de la industria estadounidense todos ven en la adaptación cinematográfica de «50 sombras de Grey» la gran oportunidad para recuperar parte del erotismo perdido en las pantallas, gracias al contenido rebajado de la novela de E.L. James, calificada de porno para mamás o amas de casa.

La lista de actores que se han postulado para el papel de Christian Grey es infinita, superando en número al de cualquier cásting de una superproducción. Otro tanto sucede con los guionistas, y hasta Breat Easton Ellis se ofreció encantado a adaptar el libro. Tampoco los cineastas de prestigio le hacen ascos al proyecto, con Gus Van Sant como mejor colocado de momento.

La decisión final está en manos del estudio Universal y de la productora Focus Features, que fueron quienes compraron los derechos en una subasta en la que la mesa no resistió el peso del dinero que se llegó a poner sobre ella. Los beneficios previstos son incalculables, teniendo en cuenta que como mínimo hay material para una trilogía.

Si finalmente se confirma que Alex Pettyfer, respaldado por Gus Van Sant, hará de Grey en el cine, el joven actor inglés de 23 años se convertirá automáticamente en el nuevo símbolo sexual a falta de competencia. En «Magic Mike» de Steven Soderbergh ya demostró sus dotes de stripper ideal para una despedida de soltera.