Han pasado ya casi diez años del estreno de «Buscando a Nemo», pero la impresión que dejó tanto en los niños y niñas de entonces como en los adultos sigue siendo imborrable, por lo que su reposición en sistema 3D está más que justificada, al tiempo que permitirá a los nacidos desde aquella fecha descubrir un universo mágico dentro de la animación.

Pixar se adelantó a su tiempo en la técnica para recrear las imágenes acuáticas por ordenador, por lo que al día de hoy ese océano virtual sigue resultando igual de asombroso. «Buscando a Nemo» ocupa el tercer puesto como la película animada más taquillera de la historia, y de ahí que pueda lucir con orgullo el Óscar de la categoría ganado en el 2004. Disney ha anunciado para el 2015 una continuación que se titulará «Buscando a Dory», lo que anima a revisar la película original para refrescar su divertido y entretenido argumento, en el que se combinan la comedia y las aventuras. La acción arrancaba en un arrecife australiano, con un prólogo en que Nemo quedaba huérfano de madre. Una razón más que suficiente para las quejas de su padre, al que por ser un pez payaso todos le pedían que contara chistes, cuando en realidad no se encontraba de humor para bromas.

Sus preocupaciones aumentaban cuando Nemo era capturado por un buceador. Papá Marlin contaba para encontrarlo con la ayuda de Dory, que, como se dice de los peces, no tenía memoria.