Solapadas están dos series en Antena 3 y Cuatro que nos indican las diferencias que existen en dos tipos de producción, su diseño, su ambición, el reparto, las tramas, el fondo y la forma. Una vez sopesado eso, se contempla la medición de las audiencias y dan un diagnóstico de los males que se van acumulando en las producciones propias de todas las televisiones vascas o estatales, en donde se prescinde de los matices y se opta por el trazo grueso en todos los pasajes y situaciones.

Desde el título aparecen las distancias: «Con el culo al aire», en la cadena de Mediaset y «Homeland» en la de Atresmedia que así se llama ahora el grupo de Planeta. El dato objetivo es que la primera casi dobló en audiencia a la segunda. Van dirigidas a dos tipos de públicos o targets diferentes, pero esta medida de resultados de un miércoles y habrá que esperar la evolución, delata el bajo nivel de exigencia estética de las propuestas de ficción en las programaciones en abierto y que las generalistas, que tienen necesidad de grandes audiencias para sobrevivir, buscan lo más sencillo, populista, que pueda concitar un número de telespectadores poco exigentes. Y eso se lo proporciona «Con el culo al aire», humor monstruenco, grueso, sin muchos matices y con una carga ideológica confusa, pero reconocible.

En cambio, «Homeland», una producción hollywoodiense, está llena de matices. Desde las tramas, muy alambicadas, muy complejas, con demasiadas agencias de seguridad, cuerpos, pistolas, fusiles de asalto y siglas como para no provocar terror, pero en donde el lenguaje audiovisual está mucho más elaborado, se trabaja casi con calidad de cine, los guiones están cuidados y medidos y las actuaciones son potentes para dar vida a unos personajes cargados, así mismo, de matices. Nos queda una duda, como casi siempre, porque nos involucran en unos asuntos de seguridad en los USA y eso es ideología por un tubo. Con momentos salvajes de deshumanización y violencia en busca de su fin. Quizás se pueda entender como denuncia. Prevención. Hay que disfrutarla con profiláctico ideológico. Como con todo lo que escupe el electrodoméstico esencial. En este caso, la serie es muy buena.