GARA > Idatzia > Kultura

Rod Stewart regresa con un disco de buenas canciones interpretado con apuros

Para encontrar a un Rod Stewart compositor habría que retroceder hasta 1995, cuando se publica «A spanner in the works», donde cumple con una canción. Por lo demás, con más éxitos que fracasos, Stewart, uno de los músicos más vendedores de la historia de la música, se ha limitado a grabar canciones prestadas. En «Time», 7 de mayo a la venta, el británico reivindica su faceta de creador y firma prácticamente todas los temas, aunque no en solitario.

p050_f01_251x129.jpg

Pablo CABEZA | BILBO

Como buena parte de la generación musical de los sesenta/setenta Roderick David Stewart lo tomó todo sin medir las consecuencias. Sin embargo, una carrera de éxito extremo, cerca de 200 millones de discos vendidos, le ha permitido sanearse el cuerpo y la mente, por lo que luce un espléndido aspectoa sus sesenta y ocho años cumplios el 10 de enero. Sin embargo, lo que el dinero no puede conseguir es que las cuerdas vocales continúen en forma con el paso de los años, de tal manera que Stewart firma un buen álbum de canciones, «Time», interpretadas con ajustados recursos, a veces con voz quejosa, a veces ahogada; con todo, siempre con la personalidad del timbre rasgado que le dio gloria y singularidad.

Stewart lleva desde el inicio de la década de 2000 interpretando versiones de parte del cancionero de América del Norte. Comenzó en 2002 con «It had to be you: the great american songbook», para llegar en 2010 al volumen V. Por el camino, además, había cantado «Still the same... Great rock classics of our time». Su compromiso con lo comercial se prolonga el año pasado con la edición de «Merry Christmas, Baby». El resultado artístico de todo este compendio de versiones es cuestionable y de escaso interés, pero comercialmente el invento resulta, por lo que van cayendo canciones y volúmenes.

«Time» llega para dignificar una carrera fértil, pero descuidada desde hace más de dos o tres décadas, ya que si se quiere hallar el Rod Stewart que subyugó hay que retroceder hasta 1969, año en el que inicia su carrera en solitario (tras dejar Faces) con «An old raincoat won't ever let you down», al que le seguirían discos históricos como «Gasoline alley», «Every picture tells a story», «Never a dull moment», «Atlantic crossing» y «A night on the town», ya en 1976. Posteriormente, y a excepción de algunas cosas de «Tonight I'm yours», su discografía, su vida artística, carece de relevancia, pero su labor al lado de The Jeff Beck Group (1966-1969), Faces (1969-1975) y ese grupo de álbumes reseñados pesan lo suficiente como para no olvidarle, como para escuchar sus discos con el adecuado respeto. Obviamente, su vida personal también contribuye a que su nombre aparezca con asiduidad por publicaciones de todo tipo. Al «chaval» le va la marcha y el cuerpo le pide modelos.

Springsteen/Stones

Han pasado varias toneladas de tiempo desde que Stewart participa en la composición de una canción, pero en «Time» está en los créditos de la mayoría de las canciones, aunque ninguna la firma en solitario, por lo que lo mismo es el letrista o el que llevó un mínimo estribillo.

En cualquier caso, lo que queda es el resultado final y «Time», a pesar de que en muchos momentos cuenta con una producción exagerada, con detalles que sobran, es un buen disco, sin mayor pasión. Nada más. Podría haber sido un disco renovador, quizá un cierre de carrera muy digno, pero entre arreglos, producción y discográfica el disco se resiente con la inclusión de cortes animosos prefabricados.

Stewart quiere ser por momentos Bruce Springsteen, o por ahí le conduce su curtido productor angelino. «She makes me happy», «Can't stop me now» y «Beautiful morning» son ejemplos del interés por vendernos un estilo y una autenticidad próxima a Springsteen, pero el invento huele tan a podrido que las aves de rapiña revolotean mientras se escuchan algunas canciones, que, no obstante, están construidas cpn talento.

«Live the life», por contra, quiere ser una canción acústica, recia. Suena en sus primeros minutos como un corte más de sus primeros discos en solitario. Es hermosa y el timbre de Stewart encaja perfecto. El violín la une más a la espacios abiertos, a las eternas campas estadounidenses, como las guitarras o la armónica. Estimulante canción vulgarizada, en parte, por unos ridículos coros incluidos a martillo por el producor.

Previamente se ha podido escuchar «It's over» que se inicia como si la canción estuviese interpretada por los Stones. Podría decirse que es una copia, pero en defensa de Stewart habrá que aclarar que los Stones eran fans de Faces y que en la banda militaba Ron Wood, a quien los Stones eligieron para sustituir a Mick Taylor tras abandonar la banda. Jagger y Richard probaron a muchos músicos, desde Jeff Beck a Rory Gallaher, pero nadie encajó, tuvo que llegar este simpático borrachuzo y buen guitarra rítmico y solista para que los Stones reconocieran que él era hijo y padre de lo que ellos tocaban.

Los Stones, Faces o Rod Stewart vuelven a estar presentes en «Time», una buena canción recubierta de ritmo y blues, de soul y rock. Quizá sea un poco pastelera, pero no deja de ser una buena balada que termina por someter. Por momentos se percibe el esfuerzo de Stewart por mantener la voz con la tensión que persigue el corte.

Donde Rod Stewart se pierde es en «Picture in a frame», canción de Tom Waits y su mujer Kathleen Brennan. Y vuelve a renquear en el siguiente corte, «Sexual religion», donde el productor Kevin Savigar le conduce por terrenos de pista de baile. La canción estaría mejor en manos de Boney M, pero le ha tocado al londinense. A los más dinámicos y titiriteros, no obstante, el tema les encantará.

«Time» recorre estilos con cada salto de pista. En realidad es la voz de Stewart el que une todo t le otorga al álbum apariencia de unidad. «Make love to me tonight» conduce -por primera vez- a un terreno próximo al folk. Es otra buena canción y que de haber estado menos arropada sería un corte espléndido para Springsteen.

«Live the life» es otro corte campero-folk excelente, pero maltratado por unos arreglos merengados.

El álbum concluye con una delicada y hermosa balada «Pure love». Piano y arreglos de cuerda conducen al mundo de la nada una canción intimista. A Roderick David "Rod" Stewart le cuesta interpretarla, se queda sin bajos, pero el riesgo estimula. Los arreglos de cuerda contribuyen a filmar cinco minutos embelesadores.

«Time» es bífido, cuando menos, por lo que pude irritar a quienes prefieren un Stewart comedido frente a uno bailable.

VANGUARDIA

«Time» es un disco irregular por las concesiones comerciales de algunos de los cortes, los excesos de producción, como en la preciosa «Brighton beach», pero es el disco más sugerente de Stewart en décadas.

A sus 68 años Rod Stewart deja tras de sí siete relacionales oficiales y otros tantos hijos

Rod Stewart ha tenido descendencia gracias a su unión con cuatro mujeres. La primera (con matices) fue Alana Hamilton, de 1979 a 1984, y exesposa del actor George Hamilton, un guapo. De esa convivencia matrimonial nacen Kimberley Alana y Sean Roderick. Kimberley tiene 33 años, fue modelo y ahora se dedica a presentar programas en televisión, actuar y diseño de ropa. Toca el violín y el piano, pero no ha afrontado ningún reto musical. Sean es un año más joven que Alana, es compositor, músico y modelo. No ha destacado especialmente en ninguna faceta.

Tras la ruptura con Alana Hamilton (o al revés), Stewart se aparea de inmediato (en realidad se solapan) con la modelo tejana Kelly Emberg. La complicidad dura de 1983 a 1990, pero sin consumar matrimonio. De esta relación nace Ruby, quien cumplirá en junio 27 años. La chica se dedica a la moda, está bien considerada en su círculo y trabaja con buenas firmas. También es cantante, pero su carrera por este lado resulta insignificante.

El mismo año de la ruptura con Emberg, Stewart ya tiene otra modelo a su lado (se ve que vive cerca de la agencia), Rachel Hunter, de Nueva Zelanda. También es actriz. Ahora tiene 43 años, Rod 68. Con Rachel, con quien se casa, tiene dos hijos: Renée, ya de 21 años, y Liam, de 19. De ninguno de ellos ha trascendido inclinación artística. Con Hunter vive del 90 al 99, aunque se divorcian en 2006.

En 2004 Stewart se siente triste y como ya sabemos lo de la agencia adosada, ocurre lo previsible: se enrolla con otra modelo, Penny Lancaster, inglesa. Penny se da a conocer pasando lencería para la firma Ultimo. Se casan en 2007, pero su primer hijo, Alastair Wallace nace en 2005. En 2011 vuelve a ser padre, al hijo le llaman Aiden Patrick.

En 1963, Stewart, de 18 años por esa época, tiene una hija con una estudiante de arte, Susannah Boffey, que es dada en adopción. Del 71 al 75 convive con la modelo Dee Harrington, no llegan a ser padres ni se celebra boda. Del 75 al 77 se une con la actriz Britt Ekland, sin descendencia ni contrato.

En total, siete relaciones oficiales, tres matrimonios y siete hijos nacidos a ambos lados del Atlántico. El rubio deja claro que es un artista fuera y dentro del escenario.     P.C.

DIFERENCIAS

Mientras que los veteranos solistas estadounidenses son fieles a sus raíces musicales, los británicos son más dados a la ligereza estilística, por lo que «Time», puede ser un álbum de Rod Stewart, capaz de virajes, de especulaciones, de medir el impacto comercial, pero no de Dylan, Johnny Cas, Neil Young... Siempre respetuosos con el medio ambiente.

TRES BONUS

La versión extendida del disco contiene tres temas más. «Corrina corrina» un viejo tema blues de armónica y guitarra que se supone tradicional, pero que a veces aparece firmado. Aquí Rod es pura raíz. «Legless» quiere ser de nuevo Springsteen y «Love has no pride» la balada que hubiese querido Eric Clapton para él, una canción del 77 de una pareja llamada Libby Titus y Eric Kaz.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo