La aviación israelí ataca Siria, donde siguen apareciendo más cadáveres
La aviación israelí realizó un ataque aéreo en Siria presuntamente contra un convoy cargado de misiles cuyo destinatario sería Hizbullah. Aunque el Gobierno no se pronunció sobre estas informaciones, un alto cargo israelí confirmó la operación bajo condición de anonimato y precisó que la decisión se tomó el jueves por la noche en una reunión secreta. Sobre el terreno, cientos de familias huyeron ayer de Banias, donde aparecieron al menos 62 cadáveres.
GARA |
Fuentes oficiales israelíes bajo anonimato confirmaron que aviones de combate realizaron un ataque aéreo en territorio sirio a primera hora del viernes.
El ataque, presuntamente dirigido contra un convoy que, según dijeron, transportaba armas para Hizbullah, habría sido aprobado en la noche del jueves en una reunión extraordinaria y secreta del Consejo de Ministros israelí. El bombardeo fue filtrado por Estados Unidos. En una intervención pública durante una cena para recaudar fondos, el senador republicano Lindsey Graham anunció que Israel había bombardeado Siria.
La cadena de televisión CNN afirmó que «las agencias estadounidenses y occidentales de inteligencia examinaron los datos clasificados mostrando que Israel realizó un ataque aéreo en el periodo del jueves al viernes».
Un alto funcionario estadounidense precisó a la NBC News que «el principal objetivo era un cargamento de armas destinadas a Hizbullah en Líbano».
Según medios estadounidenses, la aviación israelí había realizado el ataque sin siquiera entrar en espacio aéreo sirio, gracias a los «misiles de lanzamiento a distancia», con un alcance de varios kilómetros. Así, las bombas podrían haber sido lanzadas desde Líbano o desde el propio espacio aéreo israelí.
El embajador del Gobierno sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, aseguró «no estar al tanto de ningún ataque hasta ahora». Sobre el terreno, cientos de familias suníes huyeron ayer de la ciudad de Banias, en el noroeste del país, donde aparecieron los cadáveres de, al menos, 62 personas que habrían muerto durante la noche del viernes al sábado. «Estimo que cientos de familias han abandonado el lugar y se han dirigido a ciudades como Jablé y Tartous por temor a una nueva masacre», manifestó el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, Rami Abdelrahman.
«Sin embargo, ahora el Ejército está obligando a la gente que acude a los puntos de control de las afueras de la ciudad a regresar a Banias, diciéndoles que no pasa nada. También se reproducen anuncios por los altavoces de las mezquitas que indican a la gente que regrese a sus casas», añadió. Este grupo opositor culpó a las Fuerzas de Defensa Nacional, un nuevo grupo paramilitar afín a Al-Assad, de estas muertes y colgó en internet dos vídeos de la presunta masacre perpetrada en esta localidad suní. En uno de ellos aparecen los cuerpos de unas diez personas, la mayoría de ellas niños, mientras que en el otro, se observan los cuerpos de 20 personas, todas de la misma familia.
La Coalición Nacional Siria (CNFROS) habló de «operaciones de limpieza étnica». «Estas violaciones y masacres se perpetran en zonas que participaron desde el principio en la revolución y que están habitadas por distintas sectas y etnias, lo que demuestra que el régimen procura deportaciones masivas sobre bases sectarias», denunció en un comunicado.
El presidente de EEUU, Barack Obama, descartó el envío terrestre de tropas a Siria, aunque abrió la puerta a otro tipo de operaciones, como bombardeos «selectivos» contra el Ejército de Al-Assad.
La Coalición Nacional Siria prometió ayer unificar las actividades militares de los grupos armados sirios y coordinarlos mediante un «Ministerio de Defensa», cuyo responsable deberá ser nombrado en breve.
En un discurso grabado en Estambul, Gasán Hito anunció que ha pedido «a los dirigentes del ELS y de la Coalición que nominen candidatos para elegir al ministro de Defensa y al de Interior». Advirtió que «la fragmentación de poderes y dispersión de esfuerzos debido a maniobras políticas constituye una seria amenaza para nuestra revolución». GARA