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POLÉMICA SOBRE EL TREN DE ALTA VELOCIDAD

UPN deja a Nafarroa con un TAV de 70 kilómetros y un crédito millonario

El Gobierno admite que no hay conexión por Iruñea ni Castejón, por lo que improvisará un «tercer hilo». El dinero se adelantó para nada.

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Ramón SOLA | IRUÑEA

En 2011, cuando las dificultades económicas del Estado ya eran muy evidentes y estaba paralizando diversos tramos del TAV, el entonces presidente navarro, Miguel Sanz, fue preguntado en el Parlamento sobre qué ocurriría si Fomento no completaba a tiempo el tramo Zaragoza-Castejón. Para entonces, las arcas navarras ya estaban sufriendo la decisión del Ejecutivo Sanz de adelantar el dinero de las obras correspondiente al Estado para así acelerar el TAV y completarlo en 2015. Ante un interrogante tan lógico, Sanz se encogió de hombros y escogió una respuesta manifiestamente absurda: «Si no se hace este tramo, ¿cómo vamos a empalmar con el Tren de Alta Velocidad?».

Pues bien, eso es exactamente lo que ha ocurrido. Después de que Yolanda Barcina lo avanzara hace un par de días, ayer el consejero de Obras Públicas, Luis Zarraluqui, terminó de confirmarlo plenamente en el Parlamento, donde compareció a petición propia. Los años han ido pasando y no hay conexión para el TAV por ninguno de los dos extremos: ni en Castejón ni en enlace con la «Y vasca». Lo que quiere decir que Nafarroa, tras empeñarse en un millonario crédito para acelerar los trabajos, se queda colgada con un tramo de apenas 70 kilómetros, que bien puede terminar siendo el tren de alta velocidad más corto del mundo. Pese a ello, este proyecto no se abandona, ni al parecer se ralentiza.

Hecha la ley, hecha la trampa. Zarraluqui anuncia una solución provisional consistente en implantar un llamado «tercer hilo», que consiste en situar una tercera vía entre las dos existentes para que puedan circular por ellas trenes en ancho europeo. Dijo que no será lo mismo, pero beneficiará a las empresas.

Conllevará un gasto que el Gobierno de UPN ve «relativamente económico y razonable». La instalación de cada kilómetro de tercer carril ronda en concreto el millón de euros si no hay que cambiar traviesas y dos millones si hay que hacerlo, frente a los casi diez millones del TAV, que ahora Zarraluqui viene a presentar como opción cara.

Zarraluqui alegó que este tipo de soluciones «son las que se van a aplicar en el conjunto de España en los próximos años, mientras no existan mejores perspectivas» aunque a largo plazo, en la medida en que la economía lo permita, «se mejorarán los corredores en ancho mixto, duplicando su capacidad y mejorando su trazado».

En paralelo, se seguirá con el tramo Castejón-Iruñea, que tiene un presupuesto de 675 millones de euros [ver cuadro adjunto con la distribución del pago fijada en el convenio Iruñea-Madrid de abril de 2010]. Consta de cinco subtramos, de los que se está ejecutando el primero y se están tramitando los proyectos de ocupación de otros dos.

«Polémicas absurdas»

Sin embargo, la gran pregunta es por qué el Gobierno navarro no ha denunciado antes el convenio. Hay que tener en cuenta que si ya las condiciones iniciales eran difícilmente justificables, apenas un mes después de su firma el Ministerio de Obras Públicas ya decretó un gran «tijeretazo» en todo su presupuesto. Después, las paralizaciones de tramos y los retrasos han sido una constante en el Estado, pero el Gobierno navarro -antes con Sanz y ahora con Yolanda Barcina- ha preferido no darse por enterado. Al respecto, Zarraluqui apuntó ayer que «no hay ningún misterio ni ninguna cosa extraña». Añadió que considerarían «un sinsentido solicitar paralizaciones y rescisiones de contratos en este proyecto». Y animó a dejar de lado lo que llama «polémicas absurdas» sobre el TAV.

En cualquier caso, al mismo tiempo el consejero admite que ahora sí hará falta un nuevo convenio que se firmará en unos meses. Dice que se está trabajando para modificar el sistema establecido de devolución del gasto que adelanta Nafarroa. E insiste de nuevo en esgrimir que esta cantidad anticipada no computa como déficit (un mero artificio contable que se introdujo para no superar el tope de deuda preceptivo, pero que no supone una merma del coste real de la obra para Nafarroa).

 
El PSN se declara sorprendido y Bildu e I-E instan a no seguir con «la locura»

La confirmación de que el «corredor navarro» del TAV será de momento una línea de apenas 70 kilómetros sin conexión con la red general no dejó indiferente a nadie en la sesión parlamentaria. Aunque la noticia se iba anticipando a cuentagotas, ayer el consejero de Obras Públicas la confirmó en todos sus términos, incluido el de la necesaria renovación del convenio con el Estado.

La más sorprendida pareció ser Maite Esporrín, representante del PSN, partido que en este asunto tiene doble responsabilidad, dado que por un lado impulsó la fórmula del anticipo del dinero con UPN y po otro fue el Gobierno del PSOE quien estampó su firma en el convenio incumplido de modo flagrante.

Esporrín mostró estupor por lo que calificó de cambio «bastante importante» en el proyecto, y a la espera de tener más datos sobre la mesa se declaró convencida de que «supone un perjuicio para Navarra».

Víctor Rubio, de Bildu, se mostró irónico al dar al consejero la bienvenida a la «coordinadora del no», término con que UPN descalifica habitualmente a quienes alertan contra este tipo de macroproyectos.

Visto el desaguisado, Rubio afirmó que tampoco se entiende ahora por qué el Gobierno navarro va a continuar con la «locura» de «una isla de 80 kilómetros en tren de alta velocidad para pasajeros cuando hay formas de hacerlo mucho más barato». Según defendió Zarraluqui, la fórmula del «tercer hilo» permitirá llegar a Madrid 20 ó 30 minutos antes (cabe recordar que en la actualidad la conexión por tren con la capital del Estado ya es muy rápida desde Iruñea; algo más de tres horas).

Bildu comparó el despilfarro con el que se ha producido en el circuito de Los Arcos e instó a detenerlo.

La parlamentaria de I-E Marisa de Simón consideró la clarificación del Gobierno como «buena noticia», pero emplazó también a reconsiderar todo porque «no terminamos de entender ni vemos ninguna justificación en que se empeñen en continuar con el proyecto entre Pamplona y Castejón», que será «una sangría».

Juan Carlos Longás, de Aralar-Nabai, también se alegró por «este cambio drástico» en el «despropósito» del TAV, que calificó como «un fetiche» y un «becerro de oro» sobre el que no se había hecho «ni un solo análisis coste-beneficio».

En el turno de réplica, el consejero reconoció que sería mejor tener un corredor continuo de alta velocidad, pero que «no son tiempos para grandes dispendios». Y afirmó que la fórmula de la tercera vía es «un gran paso adelante» porque «hay otras comunidades que no van a tener ni ese tercer hilo».

Solo el grupo de UPN le mostró su apoyo. Para Eloy Villanueva (UPN), se trata de una fórmula que puede servir ante «las actuales circunstancias económicas», pero matizó que no implica renunciar a largo plazo al proyecto original de alta velocidad. A partir de ahí, acusó al PSOE de haber creado la actual situación: «Ahora no hay garantías, ni para Navarra ni para nadie, porque ustedes dejaron la caja (del Ministerio de Fomento) vacía», les espetó. GARA

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